El Atlético quiere confirmar su progresión
Ranieri mantendrá el mismo esquema con que jugó en el Bernabéu ante el Amica Wronki
Al Atlético de Madrid le gustaría mucho soltarse la melena, y afrontar el partido de esta noche frente al Amica Wronki polaco (20.00, Vía Digital) como lo que hace unos años no podría ser otra cosa: una excursión. Pero el recuerdo de los malos ratos ofrecidos a principio de temporada -es decir, casi siempre hasta hace diez días- y la escasa renta (1-0) recogida hace dos semanas en el Calderón, le obligan a mantener los tópicos de la prudencia y aquello de "es un rival muy difícil, muy físico y que corre mucho", según dijo ayer el entrenador del equipo, Claudio Ranieri. Dos fuerzas en tensión acosan al Atlético en este momento: la facilidad con la que derrotó al Real Madrid el sábado y lo mal que jugó contra el equipo polaco en la ida. El Amica es un conjunto de clase media baja que sólo ha podido llegar a Europa -en su estadio no caben más de 4.000 personas- tras la superpoblación de equipos que han inundado las competiciones continentales en la última temporada.El partido, entre dos equipos que se sienten mucho más cómodos esperando los movimientos del rival, promete más bien poco. Lo ha reconocido el propio Ranieri -"no será un partido bonito"-, quien además confía en que la falta de costumbre del Amica a la hora de atacar le juegue en contra. El italiano, que no ha confirmado la alineación del equipo, parece decidido a mantener practicamente el mismo once que ganó el sábado en el Bernabéu o lo que es lo mismo- "equipo que gana no se toca"-.
En el entrenamiento del lunes, el portero del equipo con los supuestos titulares fue Toni, que obtendría así una recompensa a su salida del equipo titular (también jugó en Turquía frente al Ankaragucu, en la primera ronda del torneo), y uno de los puestos en el centro del campo fue ocupado por Juan Carlos Valerón, si bien en el entrenamiento de ayer colocó en las bandas a Paunovic y a Solari. Preguntado sobre si cambiaría el 4-3-3 del último partido por un entendible 4-4-2 más conservador, Ranieri contestó: "Ganar es una cuestión de mentalidad, de filosofía. No importa el sistema".
Sin embargo, los jugadores del Atlético tienen muchas ganas de pensar que la crisis ya está superada. Que la línea de flotación de su juego no es ya la de aquellos partidos que lo mandaron a la cola de la clasificación de la Liga, sino que lo normal es jugar como contra el Valladolid (3-1 en el Calderón) o contra el Madrid. Ranieri dice que su equipo no subestimará al Amica (que marcha quinto en la Liga polaca, a cinco puntos del líder), pero sus palabras sonaron más a advertencia a sus pupilos que a diagnóstico: "Después de un año de estar sufriendo, ¿se puede cambiar de un día para el otro? No, no". El técnico mantendrá en el ataque, muy probablemente, el tridente que tan buenos resultados le dio en los últimos partidos: el renovado Solari -convocado por Bielsa para jugar contra España-, José Mari y Hasselbaink, sobre todo Hasselbaink.
Ranieri, que siempre que puede expone ante los periodistas su manera de ver el fútbol, volvió a dar ayer una nueva lección -si bien cualquier cosa que diga ahora será menos gráfica que su confesión en la temporada pasada cuando dirigía al Valencia, cuando dijo que sus jugadores deben salir al campo "con un cuchillo entre los dientes"-: "No importa la luvia, ni el frío, ni el estadio, lo único que importa son los límites del campo y los 22 jugadores. Todo eso no importa, lo único que importa es ganar. Hay que ganar siempre".
Amica Wronki: Michniewicz; Siara, Kukielka, Bosacki; Bajor, Dubiela, Sokolowski, Jackiewicz, Sobocinski; Davidowski y Kryszalowicz.
Atlético de Madrid: Molina o Toni; Gaspar, Gamarra, Chamot, Capdevila; Aguilera, Bejbl, Baraja o Valerón, Solari; José Mari y Hasselbaink.
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