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GENTE

LA PELIGROSA CALLE DE SUS NEGOCIOS

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Ibrahm Delic, un ciudadano de Malmö (Suecia), ha sido víctima del celo un tanto exagerado de un denominado Grupo de Acción contra la Prostitución, que desde que se aprobó la ley que prohíbe la compra de servicios sexuales ha asumido por su cuenta la tarea de denunciar a los infractores. Ibrahim, que es propietario de un quiosco y de otro negocio en lugares diferentes de la ciudad, está obligado a transitar todos los días por una calle en la que tradicionalmente ejercen su comercio las muchachas que se dedican a él. Por ese motivo alguien del grupo anotó la matrícula de su automóvil y le envió una carta amenazándole con denunciarlo a su familia, a los vecinos y en sus lugares de trabajo. El pobre hombre, que vive entregado a sus trabajos y no tiene tiempo ni de mirar de reojo una buena silueta, se indignó y denunció el caso a la policía. El fiscal Sven Erik Alhem condenó las amenazas y dijo que, aunque no estaba penada por la ley, era igualmente una falta de respeto. El acusado vive además en la zona de peligro. Investigado el asunto más a fondo, los acusadores comprendieron que habían cometido un error, le pidieron disculpas y le enviaron 100 coronas (unas 2.000 pesetas) para que le comprara un ramo de flores a su mujer.-

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