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AUTOMOVILISMO Mundial de Fórmula 1

La FIA da la razón a Ferrari y devuelve a Irvine el liderato

Apelación resuelve que la descalificación de los bólidos italianos en Malaisia fue irregular

Ferrari ganó de nuevo, ayer en París, la carrera que ya había ganado en la pista de Sepang el pasado domingo. Prosperó su recurso contra la descalificación de sus bólidos por un centímetro de menos en unos deflectores -ahora lo que se considera irregular es el método empleado para advertir la falta de Ferrari-. Esta decisión ha reabierto el Mundial de Fórmula 1. A una carrera del final, en Japón el domingo que viene, Eddie Irvine (Ferrari) encabeza ahora la clasificación (70 puntos). Mika Hakkinen (McLaren-Mercedes), que en Malaisia se sintió de nuevo campeón, es segundo (66).

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Una sentencia que crea dudas

Los cinco miembros de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) escogidos como Tribunal de Apelación debatieron a lo largo del viernes con todas las partes. Y ayer por la mañana, Max Mosley, el presidente de la FIA, hizo pública la decisión que desautorizaba a los comisarios. Éstos se habían apoyado en el artículo 3.12.1 del reglamento técnico para arrebatar los puntos que Ferrari e Irvine consiguieron en Malaisia, pero el Tribunal se basó en el artículo 3.12.6 del mismo reglamento para devolverles la victoria.El artículo que absuelve a Ferrari dice que "ciertas piezas de los coches pueden ser medidas teniendo un margen de tolerancia de 5 milímetros por arriba y 5 por abajo". La suma da 10 milímetros, el centímetro de menos de los deflectores inculpados. Además, según el Tribunal, "la dimensión de 10 milímetros mencionada en el informe del delegado técnico fue obtenida por medio de un método que no estaba en estricta conformidad con el reglamento". Según Mosley, "el material de que disponían los comisarios para realizar sus medidas en el Gran Premio de Malaisia no era lo bastante preciso como para poner en cuestión la declaración de Ferrari según la cual el deflector estaba correctamente instalado en el coche".

Ésta es la primera vez, desde 1995, en que la FIA da marcha atrás a una decisión tomada por sus comisarios. Con ello no sólo relanza el interés de la última carrera del campeonato, que se hubiera convertido en un mero trámite de mantenerse la descalificación italiana, sino que además se garantiza el valor comercial de, por ejemplo, la retransmisión televisiva desde Suzuka. Bernie Ecclestone, el hombre que maneja las finanzas de la F1, ya había expresado mediada la semana su alineación con la tesis de inocencia de Ferrari.

"Todo el mundo quiere ver un último gran premio emocionante, y no hay duda de que el de Japón lo será, pero el precio que hemos pagado por una sola carrera es muy grande", comentó Ronn Dennis, el director deportivo de McLaren-Mercedes, el equipo que ha perdido el título que la descalificación de Ferrari en Malaisia había asegurado a su piloto Hakkinen. Para Dennis, "es hipócrita" decir que los 10 milímetros suplementarios del deflector no modifican las virtudes de los bólidos rojos, puesto que se hallan situados en un lugar que determina "su comportamiento aerodinámico".

Mosley, en el transcurso de la conferencia de prensa de ayer, negó que el Tribunal se hubiera sentido presionado y quiso precisar que "los Ferraris podrán utilizar en Japón el deflector incriminado, pues su efecto respecto a la estabilidad del bólido es totalmente marginal". La decisión afecta a la clasificación de marcas: Ferrari dispone ahora de 118 puntos frente a los 114 de McLaren-Mercedes.

En Italia, la decisión ha sido acogida con júbilo. Los hinchas de Ferrari -la única escudería con una inmensa cuota de seguidores detrás- salieron a las calles a celebrarlo. Claudio Berro, el portavoz de la escudería, aplaudió la resolución del caso "porque responde a un respeto por las leyes del deporte".

El irlandés Eddie Irvine, el gran favorecido por la resolución de Apelación -pasa a encabezar la calsificación del Mundial con 70 puntos, cuatro más que el finlandés Hakkinen-, se mostró exultante: "Nos han devuelto lo que ganamos hace una semana sobre la pista. Se ha hecho justicia con Ferrari. Ahora sólo nos queda ganar en Suzuka".

Hakkinen, que ya en su día dijo que no le gustaba la forma en la que había accedido al liderato y al título -Irvine había entrado primero en Malaisia; Schumacher, segundo, y él, tercero, pero la descalificación de los Ferrari había hecho saltar al finlandés hasta la primera plaza-, se limitó a decir ayer: "La decisión de la FIA es pasado, yo sólo pienso en la próxima carrera. Allí volveré a dar lo máximo para ganar". Si lo consigue, el título será suyo por segundo año consecutivo. Pero ahora es Irvine quien parte con ventaja.

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