Reflexiones
Estimados señores Villapalos y Ruiz-Gallardón: en relación a la demanda de implantación de la jornada continua en la mayoría de los colegios de Alcalá de Henares y en algunas otras localidades del Corredor del Henares, me permito someter a su consideración las siguientes reflexiones:1. Recuerden que los colegios que solicitan dicha jornada lo hacen porque el 80% o más de los padres así lo decidieron en una votación (no se trata de un "grupo de padres"). Dicha votación formaba parte de un proceso abierto para reconocer la opinión de los padres acerca del horario escolar de sus hijos y que fue autorizado por la entonces Subdirección Territorial del Ministerio de Educación y Cultura.
2. ¿No les parece que son los propios padres quienes tienen el derecho y la obligación de interesarse por lo que es lo mejor para sus hijos? Si la demandan, cuando menos tienen claras dos cosas: su situación familiar y/o laboral les permite no tener que dejar a sus hijos por la tarde en el colegio; consideran, al contrario, que al disponer de toda la tarde, los hijos la pueden aprovechar mejor para múltiples actividades.
3. No pretendo entrar en si pedagógicamente es o no mejor la jornada partida o la continua. Sólo les diré que es una forma más de organizar el horario escolar, demandada legítimamente por una gran parte de la comunidad escolar alcalaína, que además es ya de sobra conocida en otras provincias o comunidades (por ejemplo, en Toledo, Segovia y Andalucía, en este último caso con sólo dos tardes de clases).
4. Analicemos objetivamente los dos horarios en cuestión: con la jornada partida, en la mayoría de los colegios los chavales se van a casa a las 12.30 (si no se quedan en el comedor hasta las 14.30), vuelven a clase a las 14.30, tienen clase hasta las 16.00 y luego se van a casa o se quedan a alguna actividad extraescolar. Con el horario continuo se quedan en el colegio hasta las 14.00 y luego o bien se van a casa o bien se quedan en el comedor -¡puesto que este servicio se mantendría, como ustedes bien saben!- hasta las 15.00 o 16.00 (o sea, que los que no puedan comer en casa terminarían su jornada en el colegio a la misma hora o, como mucho, una hora antes que con la jornada partida, si es que el colegio o la empresa de comedor no mantienen la vigilancia hasta las 16.00).
5. Afirman que, de haber jornada continua, muchas familias no podrían pagar las actividades extraescolares. ¿Es que acaso la jornada partida las hace más ricas para pagar las que se venían ofreciendo hasta ahora? Además, las actividades extraescolares -que yo sepa- las organizan y financian las asociaciones de madres y padres con sus cuotas. Las familias que las pudieron pagar hasta ahora las podrán seguir pagando y aquellas que actualmente no las pueden pagar no podrán con ninguno de los dos horarios.
6. ¿Los libros de texto sí que los pueden pagar todas las familias? Creo que sería una buena idea que las administraciones educativas arbitrasen medidas y recursos para que los alumnos, al menos los que no disponen de recursos económicos suficientes, dispongan gratuitamente de libros de texto, del servicio de comedor y -por qué no- de actividades extraescolares.
7. Dicen ustedes igualmente que la jornada continua pone en peligro el sistema público de enseñanza (se deben estar ustedes basando como mucho en esa posible hora de diferencia de regreso a casa). Sin embargo, yo creo que el aumento de las subvenciones a los colegios concertados en perjuicio de los públicos, que unánimemente denuncian los sindicatos de enseñanza, sí constituye un menoscabo de la enseñanza pública de calidad. Y sería una lástima que el único rasgo que indicase la calidad de un colegio público o privado fuese el que los niños estén en casa a las cuatro o a las dos. La calidad de enseñanza son otras muchas cosas.
8. ¿Cómo explican que por un lado rechazan, con rotundidad, la jornada continua, mientras que por otro se les concede a los colegios que ya la disfrutaban el curso pasado?
9. Lamento la forma tan poco respetuosa con los padres y madres que legítimamente solicitan un horario escolar que en otras partes de España y de Europa es el habitual, que empleó el señor Ruiz-Gallardón en su rueda de prensa del pasado 7 de octubre. Le recuerdo que las decisiones de un presidente de Gobierno deberían reflejar la voluntad del pueblo, no la suya personal.- . .
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