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Serio recorte de Wall Street al reaparecer la posibilidad de una subida de tipos

Wall Street, que llevaba más de tres semanas moviéndose a la baja, recibió ayer dos sustos que incrementaron la volatilidad y el pesimismo, y provocaron una caída del 2,59% del índice Dow Jones. Por un lado, lo recibió de Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, que manifestó que las cotizaciones siguen hinchadas. El otro, de la difusión del índice de precios al por mayor, que aumentó en septiembre el 1,1%, más del doble de lo esperado. Todas las bolsas europeas se vieron muy afectadas. Madrid perdió un 1,74%.

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Alan Greenspan había dado la noche anterior el otro disgusto a los inversores al presagiar una posible catastrófica explosión de la burbuja de las cotizaciones en el mercado financiero neoyorquino. La subida en septiembre del índice de precios al por mayor, la mayor desde el mismo mes de 1990, reavivó los temores a un rebrote de la inflación y la correspondiente subida de los tipos de interés de la Reserva Federal en su reunión del 5 de noviembre.El carácter casi inevitable de esa subida, que sería la tercera en cinco meses, es el elemento que lleva empujando a la baja las cotizaciones de Wall Street en lo que llevamos de otoño.

El índice Dow Jones, que consiguió su máximo histórico el 25 de agosto, alcanzando los 11.326 puntos, declina sistemáticamente desde el pasado 21 de septiembre. En la sesión bursátil de esa jornada perdió 225 puntos, un 2,08%, para cerrar a 10.598. El 12 de octubre, el Dow Jones cayó 231 puntos, un 2,17%, y cerró a 10.417. Tras un jueves en el que el Dow Jones recuperó 54 puntos, para cerrar a 10.286, Wall Street abrió ayer con gran pesimismo.

"El miedo a una próxima subida de los tipos está llevando a la gente a vender o a no comprar", señaló a media jornada Uri Landesman, jefe de inversiones de Aarón Fleck & Associates. En ese momento el Dow Jones perdía 163 puntos, un 1,6%, y el índice de valores tecnológicos Nasdaq caía 54 puntos, un 1,8%. Pero a la apertura había llegado a perder 241 puntos, situándose por debajo de los 10.000 puntos, su nivel más bajo desde comienzos de abril. Al cierre, Wall Street retrocedió 266,90 puntos (2,59%), para quedar en 10.019,71.

A la depresión de Wall Street contribuyeron con peso de plomo las palabras de Greenspan en un discurso efectuado la noche anterior, en el transcurso de una cena con banqueros. El presidente de la Reserva Federal instó a las entidades bancarias a almacenar reservas financieras ante la eventualidad de un posible futuro pánico en Wall Street. Fue un comentario en la línea del efectuado en 1996 cuando acuñó la célebre frase de "la exhuberancia irracional de los mercados", para referirse a la persistencia del alza de las cotizaciones. Greenspan no llegó a augurar un crash bursátil, pero, con su característico estilo retorcido, previno contra "cambios súbitos y profundos en la confianza".

Economía sólida

Además del rejonazo a Wall Street, los analistas e inversores interpretaron el comentario de Greenspan como un signo de que la Reserva Federal subirá sus tipos de interés en tres semanas. Una subida de tipos suele traducirse por un descenso de las cotizaciones, especialmente en industrias como las de los ordenadores y el Internet, decisivas en la ya larga fase de buena salud de Wall Street.

Contrarrestando el pesimismo general, la Casa Blanca auguró ayer que la economía de EE UU "crecerá solidamente" en el tercer trimestre de este año. "Nuestro punto de vista es que los fundamentos básicos de nuestra economía son bastantes fuertes, con un crecimiento saneado y un entorno de baja inflación", dijo Gene Sperling, jefe del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.

Pero Sperling se negó a comentar el dato sobre subida en septiembre del índice de precios al por mayor, que había sido por el departamento gubernamental de Trabajo. La subida en septiembre de este indicador fue debida principalmente a un fuerte incremento en los precios del petróleo y el gas, los automóviles y los cigarrillos. Los analistas esperaban que la subida de ese índice se situara en el 0,5%, menos de la mitad de la registrada realmente.

Las bolsas europeas se han visto fuertemente afectadas por la caída de Nueva York, con especial incidencia en Londres, que perdía el 2,19%. La Bolsa de Madrid bajó el 1,74%, París perdía el 1,29% y Francfort un 0,69%.

Aunque los mercados europeos no han subido en los últimos años tanto como la Bolsa de Nueva York y, por tanto, no puede decirse que sus cotizaciones estén excesivamente altas, las reiteradas advertencias de Greenspan también han asustado a los inversores europeos. Esto justo en un momento en el que todavía no está claro si la economía alemana va a despegar, o no, y en el que las bolsas mostraban ganancias mínimas, con la excepción de París, que aún gana el 14,76% en este año. Madrid pierde en el ejercicio el 2,91%, debido al rebrote de la inflación y a la subida en la rentabilidad de la deuda, mientras que Londres gana el 0,42% y Francfort un 3,5%.

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