Constructoras de Alicante importan ladrillos en respuesta a la subida de precios de los materiales

El auge del sector inmobiliario ha disparado la construcción de viviendas en la provincia de Alicante, y con ello el consumo de materiales básicos como el ladrillo. El aumento de precios por parte de los fabricantes locales para beneficiarse de la situación y engordar sus cuentas, ha provocado un conflicto de intereses. Toneladas de ladrillos de África fueron desembarcadas la semana pasada en el puerto de Alicante, y para la semana próxima se espera un buque cargado con el mismo material en puertos italianos. Es la respuesta a la considerada subida "abusiva" de precios.

La ley de la oferta y la demanda, aplicada en su más estricta concepción, ha acabado por generar fricciones entre los fabricantes de materiales y las empresas constructoras. La desenfrenada promoción de urbanizaciones en la provincia de Alicante, sobre todo en el litoral, aumenta los pedidos y exige suministro rápido, momento que las factorías de ladrillos aprovechan para aumentar los precios y ampliar beneficios.Según los datos facilitados ayer por la Asociación Provincial de Promotores de Viviendas (Provia), en marzo del año pasado el coste del ladrillo tipo (cuatro centímetros de grosor por 25 de largo y 12 de ancho) era de 8,3 pesetas por unidad. Ese mismo ladrillo se vendía ayer, en fábrica, a 17,7 pesetas. Con el resto de materiales básicos ocurre lo mismo.

La reacción de los constructores se ha dirigido a buscar otros puntos de suministro. A ese precio, resulta más ventajoso para sus negocios importar ladrillos del norte de África e incluso de otros países de la Unión Europea, como Italia, pese a tener que hacer frente a los costes de transporte.

La subida de los materiales incide también en el precio final de las viviendas, que ha registrado un aumento de 18 puntos en los dos últimos años. Según las constructoras, el porcentaje que en ese precio correspondiente a los costes de construcción (materiales y mano de obra), se eleva al 40% del total. La rebaja en los costes financieros y de comercialización no han sido suficientes para compensar los otros dos factores y equilibrar el precio, dado que el beneficio mercantil se mantiene en el 15%.

El boom urbanístico reclama también más mano de obra, difícil de encontrar en Alicante y provincias limítrofes, según aseguró ayer el gerente de Provia, Jesualdo Ros. "Es verdad que no hay obreros suficientes para atender la demanda de las constructoras", aseveró Ros.

La solución, para el sector, radica en flexibilizar los requisitos burocráticos para importarla. "Se necesita de forma imperiosa contratar extranjeros para dar cobertura al exceso de actividad, pero el Gobierno pone muchas trabas" mientras haya parados españoles. Los empresarios replican que los desempleados no son contratados por su escasa cualificación, porque rechazan alejarse de la localidad en la que residen o simplemente porque participan de lleno en la economía sumergida.

Pese al importante volumen de construcciones, el mercado responde y las promociones se agotan, en ocasiones incluso con ventas sobre plano. Provia considera "previsible" que la línea se mantenga "por unos años más".