Anouar Brahem, la belleza de la media luna

Manfred Eicher dijo que la música de su sello, ECM, era lo más bello después del silencio. Francamente es difícil encontrar una frase más ajustada para definir la música del tunecino Anouar Brahem, un músico capaz de extraer de su oud (especie de laúd árabe) sonidos fascinantes. Ya lo demostró con su magnífico Conte de l"incroyable amour, un disco simplemente hermoso que publicó hace siete años y que llamó la atención tanto de los aficionados al jazz como de los que prestan atención a las llamadas músicas étnicas.

Y es que Brahem parte de la tradición musical árabe para fundirla con lenguajes próximos al jazz, mezclando así el pautado mundo de lo tradicional con la improvisación de algo tan libre como el propio jazz. Artista de formación basada en la música clásica árabe, marcado por los sonidos del Magreb y empecinado en abrir su música a nuevos horizontes, Brahem es todo un ejemplo de convivencia entre distintas fuentes musicales.

Discos como Barzakh (1990), Khomsa (1994) y el más reciente Thimar (1998) han apuntalado la reputación de este músico que esta noche (centro cultural de la La Caixa, Barcelona, 21.00 horas) actuará con el percusionista tunecino Lassaad Hosni y el clarinetista gitano y turco Barbaros Erköse.

Una mezcla de sangres y sonidos en cruce que se inscribe en el IV Festival de Músiques del Món ofreciendo una panorámica idónea para contemplar un mundo sin limitaciones en el que todo vale si en la meta espera la belleza.