Sevilla: Valencia; Marchena, Hibic, Tabaré; Podestá, Quevedo, Francisco, Nando; Tsartas, (Ángel, m
86) Juan Carlos (Loren, m. 80) y Otero (Moya, m. 68).Betis: Prats; Otero, Bornes, Filipescu; Finidi, Karhan, Alexis (Luis Fernández, m. 67), Romero; Alfonso, Denilson y Oli (Benjamín, m.46) .
Goles:1-0. M.1. Tsartas saca una falta al borde del área que, junto al poste, Hibic cabezea hacia atras y Quevedo fusila.
2-0. M. 75. Francisco roba un balón y hace una pared con Juan Carlos que marca de tiro raso.
3-0. M.90. Loren remate de cabeza un balón que lanzó Quevedo al larguero.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Romero, Alexis, Otero (Betis), Benjamín, Alfonso, Loren, Marchena, Valencia y Francisco. Expulsó con roja directa a Moya y Bornes (m.85).
Alrededor de 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuan
R. PONCE DE LEÓN Sevilla
Los derbys suelen ser partidos aburridos donde se ve poco fútbol, aunque mucha emoción. El encuentro de ayer cumplió con las expectativas y ni se vio buen juego ni los equipos demostraron haber soliviantado sus carencias y errores. El Betis continuó con sus fallos ofensivos y el Sevilla, aunque demostró que es capaz de ganar, no jugó del todo bien. Ganó el Sevilla porque salió a por el triunfo desde el principio y porque tuvo la fortuna de acertar sus ocasiones.
Fue el premio al juego ofensivo. La bondad del gol. El galardón que reciben aquellos equipos que desde el primer segundo salen como una exhalación en busca de la victoria. Las premisas marcaban un partido aburrido, como suelen ser los derbys, en el que el Betis -manejado por un Griguol conformista- aceptaba el eufemismo de convertir un empate en un triunfo. El Sevilla, obligado a ganar, salió a por todas y le llegó la recompensa en el minuto 1.
Se cambiaron los papeles. El Betis decidió entrar en el partido, aunque le faltaron las ideas. Desapareció el juego en el centro del campo. El Sevilla porque se encomendó al contraataque y el Betis ya que despreció, por la urgencia por empatar, a su línea media y se dedicó al balonazo. Se deslabazó el partido y así continuó hasta el final.
Aunque el Betis movió mejor el balón y se le vio más cohesionado en el campo el partido se esfumó. Se perdieron los sistemas y se impuso el toma y daca en amplísimos huecos del centro del campo. Más emocionante para los espectadores pero perdiendo la mínima calidad que se espera de dos equipo de Primera División.
Sólo Denilson fue capaz de sonrojar al equipo contrario por su banda izquierda. Trató Marcos Alonso de pararlo, primero con Podestá, incapaz, y luego con Francisco, ineficaz. El jugador bético fue el más incisivo. La única opción bética real para conseguir un gol. Alexis, encargado de oxigenar el juego verdiblanco, no encontró lugar en el campo y Romero pasó totalmente desapercibido.
El Sevilla aceptó el resultado. Retrasó sus líneas, se dedicó a esperar en su campo las acometidas del Betis, a jugar a partir de pases largos hasta sus delanteros Otero y Juan Carlos y a retener todo el tiempo posible el balón.
El segundo tiempo fue una réplica del primero. El Sevilla salió a morir, sólo cinco minutos, hasta que el Betis lo asentó en el campo. Llevó el equipo verdiblanco la iniciativa en el ataque pero sin apabullar al Sevilla en su campo.
Mientras la grada bética se preguntaba dónde estaba Alfonso, qué le ocurría a Finidi. El Betis careció de presión ofensiva y coincidió con uno de los partidos en el que Valencia se mostró más seguro que nunca.
Además, tuvieron los blancos demasiadas facilidades para llegar hasta la portería de Prats, pero encima, se les ofreció un imprevisto regalo. Un fallo de la defensa que acabó definitivamente con el partido. Ya sólo dio tiempo a las carreras y a las jugadas a la desesperada.
Con el partido roto, sólo las ansias del Sevilla y la desesperación de Betis dieron lugar al tercer gol.El Sevilla consegúía el primer triunfo en la Liga y, precisamente, contra su eterno rival.
El Betis continúa sin encontrar su sitio en la Liga. Su situación como visitantes es pésima y ha encajado siete goles en los dos últimos partidos. El Sevilla dio una buena impresión.