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Portugal arrebata a España la organización de la Eurocopa del año 2004

Portugal será el país organizador de la Eurocopa del 2004. La decisión, dada ayer a conocer en Aquisgrán por Lennart Johanson, presidente de la UEFA, desató la indignación en los dirigentes deportivos de España, que también presentó su candidatura, lo mismo que hicieron Austria y Hungría de forma conjunta. Directivos de la Federación rechazan por "impresentables" los argumentos de la decisión de la UEFA "porque alteran la realidad y son un insulto". Portugal, mientras tanto, fue ayer un país en fiesta. Será la primera vez en su historia que organice un acontecimiento deportivo de relieve.

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La UEFA ha apostado por el principio de la solidaridad. Es la acusación de los dirigentes españoles, que en la víspera temían este veredicto, tanto que les ha llevado a perder el tren de la Eurocopa del 2004. Tampoco descartaban las maniobras de pasillo de Gerhard Aigner, secretario general de la UEFA, celoso de la ascendencia del presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, en el fútbol europeo.La UEFA se ha decantado por el aspecto político. Ha preferido echar una mano a un país como Portugal que necesita con urgencia un cambio de imagen de sus estadios y de sus vías de comunicación. El Gobierno portugués se ha comprometido a construir cinco campos nuevos en Oporto, Lisboa, Faro, Aveiro y Braga, y a remodelar otros cinco en Oporto, Lisboa, Guimaraes, Leiria y Coimbra.

El presidente de la Comisión de la Eurocopa del 2004, el alemán Egifius Braun, prefirió emplear otra terminología. Justificó su decisión al asegurar que Portugal merecía organizar el campeonato por su mejor infraestructura, tanto deportivas como de comunicaciones y de hoteles.

La respuesta española no se hizo esperar y en algunos casos fue rotunda. Mientras el Secretario de Estado para el Deporte, Francisco Villar, habló de que la "UEFA ha apostado por un proyecto antes que por una realidad [en referencia a la candidatura de España]" y el presidente de la Federación, Ángel María Villar, consideró el veredicto "una equivocación", las acusaciones más fuertes llegaron de su secretario general, Gerardo González."Es impresentable la argumentación que nos han querido vender", aseguró el secretario de la Federación. "Nos parece bien que se prime una candidatura para favorecer el desarrollo de un país, pero decir que Portugal cuenta con infraestructuras mejores que España es un insulto". Gerardo González no podía disimular su disgusto y continuó: "Braun ha llegado con un papelito que estaba escrito, con el guión hecho. Creo que es más razonable recurrir a razones de política deportiva para justificar la decisión y eso lo habríamos asumido, pero sin la indignación interior de que en un momento determinado te intenten tomar el pelo".

Euforia en Portugal

Después de las graves tragedias que ha vivido Portugal en las últimas semanas, con el grave conflicto en Timor Oriental y la muerte de la fadista Amalia Rodrigues, la victoria de su candidatura para organizar el Eurocopa del 2004 desató ayer la euforia y el júbilo en el país. El presidente de la República, Jorge Sampaio, y el primer ministro, el socialista António Guterres, mostraron su satisfacción por un resultado que beneficiará al fútbol portugués y dinamizará el progresivo crecimiento económico del país.Los portugueses se lanzaron a las calles con las banderas nacionales, las televisiones y las radios organizaron programas especiales y las cotizaciones de las empresas constructoras se dispararon en la Bolsa de Lisboa. No en vano, estas compañías deberán construir cinco estadios de fútbol y remodelar completamente otros cinco.

António Guterres prometió "todo el apoyo del Gobierno a los clubes de fútbol, los municipios y las empresas" para que Portugal celebre con éxito la Eurocopa del 2004. A su juicio, esta victoria constituye "un reconocimiento del prestigio de Portugal en todo el mundo y la UEFA puede confiar en nuestra organización", después del precedente de la Exposición Mundial de Lisboa 1998. Los clubes de fútbol, las empresas, los ayuntamientos y el Estado gastarán 60.000 millones de escudos (unos 50.000 millones de pesetas) en la construcción y remodelación de 10 estadios que formarán parte de la reordenación urbana de sus ciudades.

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