Pujol recuerda que ha sufrido ataques personales por parte del PSOE y el PP

Jordi Pujol cambió de discurso ayer en Lleida. Abandonó su habitual tono institucional y su mensaje plagado de referencias programáticas para dedicarse, durante 35 minutos, a ironizar sobre socialistas y populares, acerca de Felipe González y José María Aznar, los dos dirigentes políticos a quienes ha apoyado parlamentariamente. El presidente recordó al PSOE y al PP los ataques contra su persona y contra Convergència.

Quizá para recuperarse mediáticamente de la espectacular bronca con la que le recibieron 15.000 personas el lunes en un acto en Nou Barris, el candidato nacionalista optó por dejar a un lado guarderías y ayudas familiares y aprovechar electoralmente el desembarco de líderes políticos del resto de España en la recta final de la campaña catalana. Y así lo hizo ante las más de 800 personas que abarrotaron la sala de congresos del Palau de Vidre de Lleida.El presidente tan sólo endureció su tono cuando acusó a los socialistas de haber intentado "destruirnos [a Convergència Democràtica] como partido e incluso como personas", en clara referencia al caso Banca Catalana, y cuando recordó al PP la "actuación con saña y furia de la misma noche del 3 de marzo de 1996", cuando los simpatizantes conservadores corearon el "Pujol, enano, habla en castellano". No obstante, el líder nacionalista reconoció que CiU se vio obligada a apoyar parlamentariamente a estos partidos en beneficio de la estabilidad no sin antes, añadió, hacer un "ejercicio de desmemoria y olvidándose de ciertos acontecimientos pasados".

Las referencias a Aznar y González fueron una constante en el mitin del candidato convergente; los definió como "los jefes" o "la gente importante", y en esporádicas ocasiones se permitió ciertas veleidades con José Borrell, Josep Piqué y Pasqual Maragall.

El desembarco del ex presidente del Gobierno y de la plana mayor conservadora en Cataluña sirvió a Pujol para arremeter contra los candidatos catalanes, de quienes dijo que "no dan la talla": "Cuando a los candidatos del PP y del PSC se les quitan las muletas no dan la talla en Cataluña y son incapaces de transmitir el mensaje, el programa y la ilusión que el país necesita".

Los socialistas catalanes han tenido que recurrir a la figura de Felipe González porque, en opinión del presidente catalán, "el cambio, la renovación del catalanismo" que propugnaba Maragall "se ha quedado en agua de borrajas". "Hace cuatro semanas en sus carteles no aparecía ni la rosa, que todavía estaba por abrir, y el cartel de Ciutadans pel Canvi lo copaba todo; ahora ha desaparecido y ha vuelto el PSC, y han tenido que recurrir a las viejas estructuras de siempre, al discurso más clásico y en algunos casos más rancio", afirmó Pujol, en referencia a Felipe González y a José Borrell.

Aznar y su corte

La presencia en la campaña de los ministros del PP la utilizó Pujol para arremeter contra el ministro Josep Piqué: "Aznar y toda la corte vienen a apoyar a Alberto Fernández, y también Piqué, que habla mucho. Están tan desconcertados que ya se pelean sobre quién ha de mandar en el partido".

Después de las críticas contra socialistas y populares, el líder nacionalista se preguntó: "¿Puede Cataluña ser gobernada por unos partidos que sólo confían en la ayuda exterior, en la gente de fuera?". No, se contestó a sí mismo. "Pero ya se les ha visto el plumero, sólo saben engatusar a la gente", añadió.

Por su parte, el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, insistió en la estrategia socialista de traer a Cataluña al ex presidente del Gobierno Felipe González. "Lo mejor de la campaña de Maragall es que con González nos ofrece volver al pasado. Pero toda esta gente, tal como viene se marchará", declaró Duran.