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El niño de 12 años que recibió tres palizas de su padrastro por no estudiar continúa bajo observación médica

El niño de 12 años que el viernes tuvo que ser ingresado en el Doce de Octubre como consecuencia de las tres palizas que su padrastro le propinó permanecía ayer en observación, según confirmó el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra. El menor se halla ingresado en la planta de cirugía infantil del citado hospital, donde se le trata de múltiples contusiones en la cara, sin descartar posibles fracturas óseas, de un gran hematoma en el glúteo derecho y de una hemorragia interna.Urra elogió y agradeció ayer la actitud de los responsables del colegio al que asistía el menor, en Carabanchel, por avisar a la Policía Municipal y a los servicios sanitarios del Samur para que se hicieran cargo del pequeño y tomaran las decisiones oportunas dada la gravedad de las lesiones que sufría al llegar al centro. Urra lamentó los numerosos casos de malos tratos a menores que se vienen sucediendo en la región, "muchos de los cuales no salen en la prensa, prueba de ello", dijo, "son las 160 denuncias presentadas por los hospitales madrileños en el primer semestre de este año".

Tras asegurar que "en algunas familias, y ocasionalmente, los padres no biológicos muestran una actitud muy agresiva con el hijo que aporta uno de los miembros de la pareja", Urra insistió en que "todo aquel padre que se demuestre que pega a su hijo tiene que pasar por la cárcel y ser tratado para que conozca los modos que existen para acercarse a los pequeños". Fuentes policiales explicaron ayer que el padrastro del niño, Francisco B. R., ha confesado que agredió al menor tras ser informado por los responsables del colegio de que el pequeño estudiaba poco. Ha admitido que se marchó de casa tras esa primera agresión y que, a la vuelta, volvió a pegarle porque seguía sin estudiar y que, a la vez, le castigó sin cenar. El detenido, que prestaba declaración ayer tarde en el juzgado de guardia, ha reconocido que volvió a golpearle de madrugada, pues se levantó de la cama y comprobó que el pequeño seguía sin estudiar. Cuando al día siguiente el menor acudió al colegio, el director del centro vio su estado y avisó a la policía.

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