_
_
_
_
Reportaje:

Miami importa "bakalao"

Operación antidroga en Florida entre los jóvenes que participan en las "noches de delirio"

"La operación antidrogas más grande de la historia de Florida", como la han calificado las autoridades de este Estado, tiene su origen en una importación española. Pero en este caso no se trata de jamón, ni de turrones ni de vinos, sino de "la cultura del bakalao". En los últimos tres años ha ganado tantos adeptos esta fórmula de ocio que los fines de semana miles de jóvenes migraban entre las discotecas, garajes y almacenes donde se celebraban los rave nights (noches de delirio).Pero a diferencia del bakalao español, donde en la mayoría de los casos los jóvenes holgan pacíficamente durante tres días con sus tres noches bailando y consumiendo, la versión americana incluye pistoleros. La violencia se había convertido en la verdadera protagonista de las noches de música techno y drogas. "Se hartaban de droga, se ponían violentos y se disparaban durante los raves", explicaba ayer la ayudante del gobernador Jeb Bush, Lucia Ross.

Tras el verano, Bush ordenó la Operación Heat Rave tras la alarma provocada por la muerte de seis jóvenes y la hospitalización de centenares, no sólo a causa de las sobredosis, sino de heridas de bala, violaciones y otros ataques. La redada se desarrolló en 57 clubes nocturnos de 21 condados de Florida entre el 29 de septiembre y el 4 de octubre, y los sheriffs detuvieron a 1.219 jóvenes en todo el Estado. Ayer se emitieron 773 nuevas órdenes de detención.

El equipo especial de 800 agentes encargados de la operación también incautó drogas de todas las clases -227 kilos de marihuana, 15 de cocaína, pequeñas cantidades de heroína y unas 150.000 dosis de otras sustancias ilícitas, principalmente ketamina, éxtasis, GHB y rohipnol, según el sargento Robert Diemer, que coordinó la operación-, casi un centenar de armas, varios automóviles y dinero en efectivo por valor de 9,5 millones de dólares (cerca de 1.600 millones de pesetas).

Muchos de los detenidos son hispanos de Miami familiarizados con el bakalao español, según relata Daniel M., uno de los bakalaeros locales, que durante dos años vivió en Alicante. Allí, dice Daniel, cubano de 24 años, se fascinó con la marcha nocturna y al regresar a Estados Unidos, en el verano del 97, lideró un grupo en Miami Beach.

Las fiestas se anuncian en los fliers (hojas-panfleto) de la universidad cuando se hacen en la ruta de almacenes abandonados, o en los carteles que pegan los dueños de los clubes de Miami Beach. Para acudir a la cita es necesario conocer la contraseña: "Fiesta de circuito".

En Miami, por mucho tiempo paraíso de los narcotraficantes, la droga fluye en muchos ambientes sin llamar la atención, pero en los pequeños pueblos del norte del Estado, donde viven los rednecks (de clase media tradicional), el bakalao ha producido una conmoción popular. Allí se concentran los principales votantes de Bush, que les prometió acabar con la droga.

Florida es la principal vía de entrada a Estados Unidos de sustancias ilegales procedentes de Latinoamérica. Cargamentos de cientos de toneladas se han confiscado en Miami en los últimos seis meses. Frente a esto, la droga requisada ahora a los bakalaeros es insignificante en comparación con esas cantidades.

Irónicamente, el hermano del gobernador y aspirante republicano a la candidatura presidencial, George Bush, no ha querido responder a las especulaciones sobre sus devaneos juveniles con las drogas. Tampoco ha dado a conocer cuál sería su política antidroga de llegar al Gobierno de la nación.

Y prueba del interés que despierta este aspecto de la política en EE UU es la campaña nacional que se desarrolla en los colegios de todo el país, ideada por el zar antidroga de Clinton, el general Barry MacCafrey.

Los 1.219 detenidos, casi cien de ellos menores de edad, están a la espera de juicio, y es previsible que cuando se pronuncien los tribunales cambiarán la oscuridad de los rave nights por la de las celdas de las prisiones estatales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_