El recurso Superlópez
Ranieri desliza la posible titularidad del central, lesionado durante los dos últimos años, como reclamo popular en el decaído Atlético
Juan Manuel López lleva 23 meses sin jugar un solo partido oficial. El tiempo libre le ha dado margen hasta para presentarse como candidato del GIL [el partido del propietario del Atlético] en las elecciones de Ceuta, la tierra en que se crió. Lleva un año intentando recuperarse de dos roturas consecutivas de ligamentos cruzados. Y de pronto la sorpresa: su entrenador, Claudio Ranieri, le pone el peto de titular en los entrenamientos. Y él, optimista, anuncia su regreso."Estoy loco por volver", confiesa. "Cada día me siento mejor. Todavía me falta un poco de ritmo pero sé que en cualquier momento puedo ir convocado y podré jugar". Claudio Ranieri le ha puesto el peto que enfunda a sus hombres de mayor confianza, y desde hace dos días, López forma la defensa con Gamarra, Chamot y Capdevila. Frente al Alavés, el próximo martes, el marcador central más querido por la hinchada del Calderón no descarta jugar unos minutos.
Cumplió 30 años el 3 de septiembre, tras poco menos de dos temporadas de penurias. Sufrió una rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda el 15 de noviembre de 1995, en Anoeta, durante un partido de Liga. Entró al quirófano y cuando se recuperaba, meses más tarde, se tropezó y cayó por la escalera de su casa. Volvió a romperse los ligamentos. Una vez más, el bisturí le trazó la pierna izquierda con cicatrices. Lo volvieron a escayolar y tuvo que iniciar una recuperación fatigosa, con solitarias sesiones de gimnasio de pesas y estiramientos. "Es doloroso", recordaba no hace mucho en una charla con EL PAÍS, "verte la pierna delgada, cuando te sacan la escayola. Pero lo más duro es la soledad de la terapia de rehabilitación. Te pasas horas encerrado, echas de menos a tus compañeros, y a la pelota".
Vincenzo Pincolini, preparador físico con el técnico Arrigo Sacchi el año pasado, es uno de los responsables de gran parte de la recuperación de López. Pincolini considera que el regreso de López a la competición es una muestra de su valor: "Muy pocos futbolistas profesionales pueden pasarse dos años sin jugar y luego volver. Pierden la voluntad de entrenarse. A Van Basten le pasó en el Milan y al final no pudo superarlo. El que lo consigue es, ante todo, porque tiene una gran fuerza mental, y Juanma López es un hombre con un carácter muy fuerte. Sin un carácter fuerte no lo habría conseguido. Yo creo que estará en condiciones de volver a echar una mano al equipo". Ayer López actuó como lateral derecho -reemplazó a Gaspar y a Aguilera, ambos con problemas físicos-, y el miércoles lo hizo en la posición de marcador central por la derecha. López ya cuenta con el visto bueno de los médicos del club para reaparecer.
Pincolini trabajó con López durante la temporada pasada para recobrar la velocidad perdida - "ese 10 % que faltaba", según el preparador-. La rapidez en espacios cortos, fundamental en un defensa central, es el valor más difícil de obtener en un jugador maduro cuando pasa mucho tiempo inactivo. López sufrió varias recaídas, en forma de sobrecargas musculares, una consecuencia directa de someter los músculos al esfuerzo tras meses de inactividad. Pero López insistió. Lo animaba la hinchada del Atlético: "Nunca me planteé dejar el fútbol. Y si he seguido adelante es por el ánimo que me daban los aficionados en el Calderón, todos los domingos, cuando aparecía en el palco de socios".
Todas las tardes de partido, el fondo sur del Calderón insiste. Entona un himno particular -"¡Super, Superlópez!"- a uno de sus mitos. Un marcador central aguerrido que se enciende con la camiseta rojiblanca. Puede ser un reactivo para tiempos de depresión.
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