Un modelo de estructura atómica revela cómo adquiere valor el dinero
Billetes y monedas son el reflejo material de lo que se llama dinero. Pero el vil metal ha mantenido siempre en secreto su verdadero significado. Físicos de Dinamarca y Estados Unidos creen haber dado, por fin, con las claves ocultas de la moneda comparando su comportamiento en el mercado con una red de átomos en un cristal colocados de forma ordenada, cada átomo interactuando con sus vecinos. Así adquiere su valor el dinero, según el físico Per Bak y sus colegas, en un entorno local, sin que vendedores y compradores tengan que recurrir a una visión global de la economía.
¿Qué es el dinero? Por muy extraño que parezca, nadie lo sabe a ciencia cierta. Cada día cambia de manos en desconcertantes cantidades, pero aun así no existe una buena explicación de cómo el dinero adquiere su valor. Ahora, dos equipos de físicos de Dinamarca y Estados Unidos creen haber encontrado la respuesta.Por supuesto, el dinero únicamente tiene valor con relación a los productos reales a los que pone precio, pero no existe regla alguna para determinar esta relación, como saben demasiado bien los países que han visto dispararse sus niveles de inflación.
El dinero es el lubricante que hace posible que exista el comercio: mantiene el valor de los productos vendidos por un vendedor hasta que desee comprarle a otro comerciante. Si un comerciante de manzanas quiere naranjas, lo primero que tiene que hacer es vender sus manzanas para conseguir dinero. Pero si las vende demasiado baratas, sólo consigue unas cuantas naranjas. Y si, por contra, el precio es demasiado alto, nadie se las comprará.
Entorno local
Lo ideal, en opinión de Per Bak y sus colegas del Instituto Niels Bohr de Copenhague, es que el mercader de manzanas adopte una visión global de la economía al llevar a cabo la transacción. Pero en la práctica no le será posible adoptar una visión tan amplia, y únicamente se preocupará de su entorno local: por ejemplo, de lo que hacen otros vendedores de manzanas y naranjas de la zona.Según dicen estos físicos, el valor del dinero surge en realidad de estas interacciones locales inmersas en la ingente red de comerciantes y compradores. Para configurar esta red los investigadores hicieron una analogía con una red de átomos en un cristal: colocados de forma ordenada, de manera que cada átomo interactúe sólo con sus vecinos cercanos. Las propiedades de todo el sistema dependen sensiblemente de las interacciones locales. Los modelos de este tipo, denominados modelos reticulares, les resultan muy familiares a los físicos, que han desarrollado desde hace años un ejército completo de herramientas y conceptos matemáticos que les permiten describir el comportamiento del conjunto usando como punto de partida las propiedades de las interacciones locales.
Bak y sus colegas utilizan reglas muy sencillas para describir las transacciones entre agentes cercanos. A cada agente se le asigna una utilidad que refleja su situación financiera en función de los costes de producción que soporta, la facturación neta de su negocio y otros parámetros realistas.
Estas utilidades dependen del valor del dinero, pero éste puede variar: los investigadores afirman que "no hay nada en las ecuaciones que fije el valor del dinero y los precios". Estas cantidades emergen más bien de forma espontánea de la red de intercambios, cuyas propiedades globales se desarrollan sin más que dar por sentado que cada agente sigue una sencilla estrategia racional para optimizar sus beneficios. Al ejecutar su modelo en un ordenador, los investigadores descubren que se asienta en un estado estable en el que desaparecen las grandes fluctuaciones de precios: los precios encuentran su propio nivel.
Valor fijo
Y dentro de este esquema, según afirman, el valor del dinero se hace "fijo por la historia del proceso dinámico", es decir, por la manera en que los agentes despliegan sus estrategias comerciales racionales. Cabría decir que el valor del dinero es una propiedad emergente del sistema, de la misma forma que la temperatura media mundial es una propiedad emergente del complejo sistema climático, con todas sus peculiaridades locales.Los investigadores, cuyos resultados aparecen publicados en el ejemplar de septiembre de Physical Review E, indican que introducir en su modelo sistemas de crédito, quiebra y controles estatales podría servir para dilucidar la forma en que estos factores afectan al valor del dinero en el mundo real.
© Nature News Service
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