_
_
_
_
_
Entrevista:

"Tenemos una demanda atroz, pero falta mano de obra"

,Cuando tenía apenas siete años comenzó a jugar con cintas métricas y agujas de coser. A los 13, pisó por primera vez un taller de sastrería y, desde entonces, no ha podido desprenderse de la pasión por la confección a medida. Agustín Rodríguez Hita, un almeriense de 48 años, cumplirá en febrero seis años al frente de la Federación Española de Sastres y Modistos, cargo que, desde julio de 1998, compatibiliza con la representación del sector en la comunidad andaluza. La celebración este fin de semana en Almería del 37º Congreso Nacional de Sastrería es, junto al orgullo de atender a sus clientes, la última satisfacción de este sastre. Pregunta. ¿Cuál es en estos momentos el principal problema con el que se enfrentan los sastres y modistos? Respuesta. La falta de mano de obra. Tenemos que buscar medidas encaminadas a evitar que el sector se reduzca porque hay una gran escasez de mano de obra joven y cualificada. P. Cada vez hay más sitios donde adquirir ropa ya confeccionada, ¿qué demanda de trabajo tienen hoy en día? R. Tenemos una demanda atroz. El Estado de bienestar ha propiciado que la gente se preocupe por querer vestir mejor. Pero el problema sigue siendo el mismo, falta gente joven en esta profesión. Sin embargo, en el último congreso nacional que hemos celebrado hemos conseguido el compromiso del delegado de Trabajo en Almería de intentar organizar unos cursos especializados que permitan que los más jóvenes aprendan el oficio. Eso es muy importante para nosotros porque supondría una garantía de futuro. P. ¿Quienes acuden a un sastre solicitan muchos consejos o ya tienen una idea clara de lo que quieren? R. Los clientes más jóvenes son los que llegan más despistados, porque en la mayoría de los casos no saben lo que le puede ofrecer un sastre. El que es cliente asiduo suele saber siempre lo que quiere. Nosotros nos limitamos a orientarlo sobre las nuevas tendencias o a ofrecerle algún consejo sobre aquello que le queda mejor. En realidad, no se trata sólo de hacer un traje. Tenemos que tener en cuenta muchos detalles que nos convierten casi en asesores de imagen. P. Hay quien piensa que acudir a un sastre resulta caro. R. Eso ya ha pasado a la historia. La gente no viene a nosotros por el precio, sino por la calidad. Es igual que si vas a un restaurante y pides una ración de jamón de pata negra. Lo pagas con gusto porque te están ofreciendo calidad. Y a nosotros el propio mercado nos está diciendo que somos baratos en cuanto a la relación entre la calidad y el precio. P. ¿Cuál es la mayor satisfacción de un sastre? R. Que nos gusta lo que hacemos y que todos queden contentos. Es nuestra mayor satisfacción.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_