El Valencia se lleva un duelo desquiciado
La vibrante reacción del Madrid quedó lastrada por las decisiones de Toshack
REAL MADRID 2 VALENCIA 3La gente agradece partidos como éste, desgarrados en el juego, demenciales de punta a punta, partidos de grandes emociones que encubren carencias igual de enormes. Son, por tanto, encuentros que necesitan la criba del tiempo para establecer muchos asuntos cuestionables y medir sus consecuencias, que para el Madrid son muy graves. Es cierto que batalló con entereza en el segundo tiempo y que estuvo cerca de alcanzar la proeza, pero los datos son irremediables: tres puntos en los últimos cuatro partidos y la visita al Camp Nou en una situación casi alarmante. Todas estas lecturas comenzarán a desvelarse después del arrebato que provocó un duelo desquiciado. El Valencia confirmó su pésimo estado, pero sacó el máximo rendimiento en la primera parte a su temprana ventaja, a la expulsión de Roberto Carlos y a las decisiones de Toshack. O a su falta de decisiones. A Toshack le dio un paralís y dejó inerme a su equipo durante todo el primer tiempo. Se olvidó de reconstruir las líneas después de la expulsión de Roberto Carlos y magnificó la situación de inferioridad del Madrid. Y volvió a colocar a su equipo en la precariedad con otra decisión insólita cuando la reacción anunciaba el empate. Toshack retiró a Seedorf para adelantar a Geremi y colocar a Salgado como lateral. Al Madrid se le fue la luz de repente. Entró en la dinámica del choque y desperdició la oportunidad de dar boleta a este Valencia temeroso, débil en todos las líneas, con la excepción de Mendieta.
Real Madrid: Illgner; Geremi, Hierro, Julio César, Roberto Carlos; Seedorf (Míchel Salgado, m
71), Helguera (Karanka, m.46), Redondo, Savio; Raúl y Morientes.Valencia: Palop; Angloma, Bjorklund, Pellegrino, Carboni; Mendieta, Albelda, Gerard, Kily (Angulo, m.71); Ilie (Farinós, m.65) y Piojo López (Serban, m.88). Goles: 0-1. M.10. Roberto Carlos comete penalti al desviar con la mano un remate de Gerard. Mendieta transforma el penalti. 0-2. M.20. Gerard cabecea un centro de Ilie. 0-3. M.38. Saque largo de Palop y Piojo López aprovecha los errores de Hierro y Helguera para marcar. 1-3. M.46. Morientes aprovecha un rechace de Palop. 2-3. M.64. Morientes remata un pase de Raúl. Árbitro: Iturralde. Expulsó a Roberto Carlos (m.10), a Toshack y al masajista del Madrid. Amonestó Míchel Salgado, Karanka, Hierro, Morientes, Farinós, Albelda y Palop. Unos 70.000 espectadores en el Bernabéu.
Expulsión de Roberto Carlos
La responsabilidad de Toshack en la derrota del Madrid es tangible a la luz de los acontecimientos. El peor Valencia de los últimos años se encontró con tres goles de ventaja en el primer tiempo. Simplemente se aprovechó de las numerosas circunstancias favorables que encontró por el camino. Para empezar, el penalti y la expulsión de Roberto Carlos en el arranque del encuentro. De la jugada sólo cabe decir que se produjo en el saque de un córner. Y ya se sabe que cualquier cosa que vuela sobre el área del Madrid es medio gol.Mendieta transformó el penalti y dejó al Madrid ante un trabajo difícil pero no imposible. A su favor, el Madrid tenía todas las facilidades que le ofrecía el Valencia. No eran pocas. Palop, el portero, decidió permanecer en el área pequeña. No lo sacaron de allí ni a tiros. A partir de ahí, la línea defensiva se retrasó más allá de lo conveniente. Con otra particularidad: los defensas del Valencia fueron una ruina durante todo el encuentro. En el medio campo, la inferioridad nació de las deficiencias de Albelda para mover el juego. Kily González no le ayudó. Y Gerard pertenece a una raza muy actual: juega de centrocampista pero piensa como un delantero. En realidad es un delantero camuflado. Si el portero concedía, si la defensa fallaba, si el centro del campo sólo estaba mantenido por un gran Mendieta, podía pensarse que la situación del Madrid no era tan desesperada.Sin embargo, el Madrid actuó con la desesperación de la urgencia. Era el momento para medir a Toshack, que no reaccionó. O lo hizo de forma sospechosa. En lugar de reordenar las líneas -volver a una defensa de cuatro, acomodar el medio campo con tres volantes, situar a Raúl como enlace y dejar a Morientes en la punta-, el entrenador dejó a su equipo con tres defensas. Y por si fuera poco, retiró a Seedorf de la derecha y lo colocó en una zona indefinida del medio campo. El resultado se apreció inmediatamente: el Valencia daba una impresión escandalosa de debilidad, pero cada una de sus llegadas terminaba en la red.
A Toshack se le encendió la luz en el descanso. Retiró a Helguera por Karanka. Este simple cambio operó de forma decisiva en el desarrollo del segundo tiempo. El Madrid por fin respondía a un orden natural y podía comenzar su reacción, que fue instantánea. En la jugada del primer gol intervinieron Seedorf (con un gran pase), Raúl (con un excelente desmarque) y Morientes (con el instinto que le caracteriza). Se veía muy claro que eran los hombres llamados a levantar el partido. Y los tres volvieron a producir el segundo gol, un monumento a las miserias defensivas del rival. Se olfateaba la remontada porque el Madrid tenía tiempo y porque el Valencia se desinflaba a ojos vista. El memorable partido de Mendieta no servía para ocultar el hundimiento de su equipo. Pero a Toshack se le ocurrió una originalidad. Sustituyó a Seedorf, de cuya capacidad para inventar no hay duda, por Salgado. Geremi se adelantó desde el lateral al puesto de interior. Toshack cambió la creación por el choque, justo lo que necesitaba el Valencia, que comenzó a poblarse de mediocampistas. El Madrid no volvió a generar una oportunidad manifiesta de gol y el Valencia recuperó el aire necesario para sostenerse en un partido que deja lecturas muy sabrosas -y muy preocupantes para los dos equipos- por debajo de su emotivo desarrollo.
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