La familia del joven decapitado declara que recibió amenazas

La madre y una amiga del joven cuyo cadáver apareció enterrado en un chalé de Villanueva de la Cañada con la cabeza y las manos seccionadas declararon ayer que la víctima, Joaquín Gómez, había sido amenazada directamente, días antes de su muerte, por uno de los tres acusados, para los que el fiscal pide 13 años de cárcel por el asesinato cometido el 28 de febrero de 1997.La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid continuó ayer el juicio, en el que participa un jurado popular, contra los hermanos Julio y Óscar Pérez Nuño y su amigo Andrés Gallego, acusados de matar y después decapitar y cortar las manos de la víctima antes de enterrarla.

Isabel, una amiga del fallecido, aseguró que Gómez vivió con ella y su marido sus últimos seis años y que le había confesado días antes de morir que tenía miedo porque Óscar Pérez Nuño le había dicho que le iba a matar. Pérez creía que la víctima le había robado en su casa porque no le pagó unas ruedas que le vendió. Isabel aseguró además que Joaquín vendía la droga que Óscar le proporcionaba y que le dijo a la madre de la víctima que "le habían matado los Pérez". La madre confirmó que Joaquín estaba "muy asustado" antes de morir y "parecía que le pasaba algo".