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Reportaje:

" Orio despide la temporada de traineras con otra victoria desapasionada

Nadie podía esperar sorpresa alguna en el desenlace de la ikurriña El Corte Inglés, claramente definida en favor de Orio el sábado, en la primera de las dos jornadas que conformaban la última cita de la temporada arraunlari. Así que ayer, la regata monstruo se disputó a beneficio de inventario, por el placer de ver a una parte de los actores principales de la temporada remar por última vez. Orio tomó la proa de la regata desde las paladas iniciales y desde ahí hasta que cruzó la línea se limitó a acumular segundos de ventaja. Sin más.

La regata se había decidido la víspera, colocando a los amarillos (una vez más) lejos por delante de todos sus rivales. Ni Urdaibai, Koxtape y, mucho menos, Santurtzi, podían aspirar a otra cosa que no fuera discutirse la segunda plaza. Por ahí sí que podía rastrearse un mínimo de emociones, las razones que faltaban para seguir ayer el desenlace de la cita, fácilmente imaginable. Orio había acumulado ocho segundos de renta sobre Urdaibai, once sobre Koxtape. Un abismo para las fuerzas de los aspirantes, deslegitimados de forma madrugadora. Con esto, sólo los caprichos de la marea en la Ría podían proponer algún tipo de emoción al desarrollo de la regata. El sábado, la regata arrancó cuando la marea comenzaba a subir, y la fuerte corriente resultante propuso imágenes curiosas: las traineras trataban de arroparse en los largos impares junto a ambos muelles, mientras que de regreso, remaban en fila india. Sólo ésta circunstancia permite explicar que Isuntza marcara mejores tiempos parciales que Orio en la regata reservada a las embarcaciones vizcaínas. La corriente apenas influyó en el devenir de la tanda definitiva. De aparecer, tampoco hubierea afectado en demasía al ritmo de Orio, tan superior como en enfrentamientos pretéritos, como casi siempre ésta temporada. Igual que Isuntza, en la regata reservada a formaciones locales, Orio se dedicó a remar en solitario, administrando su esfuerzo y su diferencia con el rabillo del ojo. Un poco menos cómoda pero igualmente efectiva, Isuntza (sorpresivamente clasificada para la Bandera de La Concha) repetía ayer victoria y Arkote segundo puesto. La regata resultó un calco de la vivida la víspera, una repetición casi sobrante. Sin embargo, la tanda de honor propuso novedades, leves eso sí. Malas noticias para Urdaibai. Los vizcaínos concedían al segundo puesto alcanzado el sábado el valor de una victoria moral, no respecto a Orio, sino mirando a Koxtape. También una victoria sentimental que ratificara en el último suspiro de la temporada la recuperación del remo vizcaíno, muchos años desprestigiado e incluso desplazado por la emergencia de cántabros y gallegos. Su recorrido, ayer, resultó más un despropósito que una reivindicación. Ni siquiera una presunta falta de agua en la calle cuatro, la suya, puede explicar su última plaza, a 35 segundos de Orio. Mucho más regular, Koxtape acabó hurtando el segundo puesto a Urdaibai, con las fuerzas justas para completar un papel digno ahora que la relajación parece acompañar a los ganadores de la prestigiosa Bandera de La Concha. Relajada, la tripulación de Orio acumulaba cuatro segundos de diferencia sobre los sanjuandarras en la primera de las tres ciabogas con las que cuenta este peculiar y complicado campo de regateo. Metódicamente, sumó cuatro nuevos segundos de margen en el siguiente giro y otros tantos en la última ciaboga. Así, hasta el final. Una victoria desapasionada, casi funcionarial, la quinta consecutiva en este escenario, demostración última de que Orio (pese a las voces que se elevan para menoscabar su superioridad) ha vuelto a remar sola ésta temporada. Tan sólo encontró su réplica en la Concha, presisamente allí donde más necesitaba ganar. Clasificaciones: El Corte Inglés, final: 1º Orio, 39.25; 2º Koxtape, 39.48; 3º Urdaibai, 40.08; 4º Santurtzi, 40.17. Traineras vizcaínas, final: 1º Isuntza, 40.06; 2º Arkote, 40.29; 3º Lutxana, 41.10; 4º Kaiku, 41.12.

Fin de década en amarillo

Desde que Orio conquistara en 1996 la primera de sus tres regatas de La Concha consecutivas, la hegemonía de la embarcación guipuzcoana apenas ha admitido una limitada serie de réplicas puntuales. Más que otra cosa porque nadie puede ganarlo todo. Ni la fuga de su alma, Korta, ni el fallecimiento de su patrón, Txiki Larrañanaga han logrado aplacar la voracidad de La Kanpa. Orio ha dominado éste final de década y ha sabido hacer frente al ascenso de gallegos, cántabros y ahora, vizcaínos. Sin embargo, siempre han sido rivales guipuzcoanos los que han venido a recordar sus límites a los de amarillo. Persiguiéndose a sí misma, Koxtape se sorpendió en La Concha... y deprimió a Orio. No importan la decena de éxitos acumulados ésta temporada, la superioridad evidenciada: no ganar en La Concha significa no existir en la memoria colectiva. Por eso, la despedida del curso resulta agridulce para la tripulación oriotarra.

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