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El ministro de Defensa ruso asegura que su Ejército ya está listo para invadir Chechenia

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El ministro de Defensa de Rusia, Ígor Serguéyev, no excluyó ayer la posibilidad de lanzar una operación terrestre contra Chechenia para acabar con los extremistas musulmanes, mientras sus aviones bombardeaban por cuarto día consecutivo Grozni, capital de esa pequeña república independentista norcaucásica. "Hay distintas variantes para una operación terrestre, y cualquiera de ellas puede ser realizada", declaró ayer el minsitro desde el Hospital Militar Burdenko de Moscú, donde fue a visitar a soldados heridos en los combates de Daguestán.

"Los principales objetivos son eliminar a los bandidos", término con el que los rusos se refieren a los extremistas musulmanes, y "crear una zona de seguridad bastante ancha alrededor de Chechenia". El ministro dijo que los bombardeos de "las bases" de los guerrilleros continuarán para "terminar con esa peste".La verdad es que en los últimos días los aviones rusos no han estado bombardeando bases guerrilleras sino blancos industriales e infraestructuras en Grozni. En la capital chechena no hay bases de secesionistas islámicos, ya que es una de las pocas localidades que controla el presidente Aslán Masjádov, a quien los extremistas como Shamil Basáyev tratan de derrocar. Las bombas y los misiles lanzados por el Kremlin han destruido la refinería de Grozni, la televisión, el sistema de comunicaciones telefónicas vía satélite, fábricas y puentes.

Moscú está siguiendo la misma táctica de la OTAN en Yugoslavia, con la diferencia de que en Chechenia no hay una fuerza prorrusa que esté luchando contra los hombres de Basáyev; al contrario, Rusia, con los bombardeos de Grozni, está golpeando al único político checheno con el que podría llegar a un acuerdo razonable: Masjádov. Éste se encuentra cada vez más aislado y está pidiendo una reunión urgente con los dirigentes rusos. Si el Kremlin continúa ninguneándole, es probable que Masjádov caiga y su lugar lo ocupe un extremista.

Esta posibilidad convendría al Kremlin siempre y cuando realmente apostase por una nueva intervención militar terrestre en Chechenia. Pero otra guerra tendría consecuencias imprevisibles para el Kremlin, y lo único seguro es que costaría muchísimas vidas de soldados rusos, lo que despertaría nuevamente la oposición de la población.

Por el momento, a diferencia de lo que ocurría hace tres y cuatro años, las acciones de los militares cuentan con el apoyo mayoritario de los rusos. Los ánimos antichechenos son ahora tan fuertes, que según una encuesta realizada por el Centro de Estudio de la Opinión Pública (CEOP), el 64% de la población está de acuerdo en que habría que expulsar a todos los chechenos de Rusia.

La inmesa mayoría de los rusos coincide con las autoridades en que las explosiones realizadas en agosto y septiembre en Rusia, que costaron la vida a cerca de 300 pesonas, son obra de los chechenos o de sus aliados. La población está aterrorizada con los atentados terroristas contra casas de vivienda, según muestra otra encuesta hecha por el CEOP: el 86% de los consultados teme en uno u otro grado que ellos mismos o sus familiares puedan resultar víctimas de esos atentados; de éstos, un 42% reconoce tener miedo.

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