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Entrevista:PEDRO CASTELLANO PRESIDENTE DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA

"Los jueces trabajan mucho"

Pedro Castellano Rausell (Vilamarxant, 1955) llega a la presidencia de la Audiencia de Valencia desde otra presidencia, la de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), el colectivo judicial mayoritario y conservador. A pesar de ello, aspira a contribuir a mejorar la administración de Justicia y a desprenderse de cualquier etiqueta ideológica. Pregunta. Las encuestas señalan con tozudez que la valoración que la ciudadanía tiene de la administración de Justicia es mala. Respuesta. Si los ciudadanos lo dicen no cabe duda de que esa imagen es real, y posiblemente algún problema de fondo hay. De todas formas, la mitad de los ciudadanos que pierden sus pleitos no pueden llevarse muy buena opinión del sistema, mientras que la mitad restante, aunque gane, siempre pone algún pero. Por si fuera poco, todos aquellos ciudadanos objeto de la acusación del ministerio fiscal tampoco pueden estar muy contentos. No obstante, hay mucho por mejorar, por ejemplo, la falta de medios materiales o el número de jueces. P. La suspensión de vistas por falta de jueces ha dañado la imagen de la institución. R. La daña mucho, en efecto. Sobre todo ahora, cuando cualquier pequeño detalle se magnifica por la mala prensa de la institución. Ahora bien, la suspensión de juicios responde a un error que no se debería dar, aunque esto no es habitual. La Justicia no va mal porque un tribunal concreto de los muchos que hay suspenda un juicio en una ocasión. P. ¿Qué problemas concretos tiene la Audiencia de Valencia? R. Uno fundamental, el de espacio, que esperamos se solucione con la Ciudad de la Justicia. También de personal, la clave del retraso en la jurisdicción civil. Con dos secciones más, se trabajaría más rápido y mejor. Luego, reforzando los servicios comunes de notificaciones, recepción de documentos o embargos ganaríamos en operatividad. P. La creación de la Consejería de Justicia mejorará esas carencias. ¿No? R. La cercanía de la institución a la que te debes dirigir siempre mejora la comunicación. La anterior Subsecretaría ya demostró su sensibilidad, y esperamos ahora que la consejería mejore los medios y, por ejemplo, ayude a remodelar la oficina judicial. P. ¿Cómo valora la labor de la ya secundaria Subsecretaría de Justicia? R. Muy positiva. Se gestionó con habilidad la complicada transferencia de competencias recibida del Ministerio de Justicia y, a la vista está, se ha hecho una labor muy positiva en el campo de las infraestructuras. La inversión en la Ciudad de la Justicia de Valencia supondrá un hito, por ejemplo. P. Los miembros de la APM copan gran parte de los cargos de responsabilidad de la judicatura: presidencia del TSJ, de la sala de gobierno del alto tribunal y de la Audiencia de Valencia. ¿La mayoritaria presencia de su asociación en esos cargos no anula la pluralidad de su colectivo? R. El resto de sensibilidades de la judicatura no queda sin representación. Hay cauces orgánicos y de otro tipo para dar participación a todo el mundo. La sala de gobierno está gestionada por la APM gracias al resultado de unas elecciones, aunque no gobierna para un grupo sino para todos los jueces, tal como hacen el resto de magistrados en el poder. P. ¿Son conservadores los jueces? R.Hay magistrados de todas las sensibilidades en la carrera y en la APM. Desconozco de qué ideología son mis compañeros de asociación, aunque si sé que son profesionales, que se vuelcan en su profesión. P. Recientemente los jueces de lo social de Barcelona se negaron a tramitar más casos dada su ya importante carga de trabajo. ¿Cómo reaccionaría usted si se le planteara una situación similar? R. Eso es competencia de la sala de gobierno, pero yo intentaría ayudar reclamando los medios humanos necesarios. Parece que los jueces tenemos la culpa exclusiva de los retrasos en la administración de Justicia, cuando la medida de los jueces de Barcelona supuso un toque de atención, una reclamación de soluciones al ejecutivo. P. ¿Por qué no practican la autocrítica los jueces? R. Los jueces han hecho y hacen la mayor de las autocríticas. Tenemos unas normas muy rígidas, un estatuto especialmente exigente y un servicio de inspección que trabaja 24 horas al día de manera eficaz. Mirando el número de las resoluciones de los jueces es como se sabe si los magistrados trabajan, y los españoles y los valencianos trabajan, y mucho. En general, el problema de los jueces es precisamente el contrario, que tienen mucha faena. No queremos trabajar menos, pero sí mejor. P. ¿Porqué la APM -y la mayoría de los jueces- se niegan a las encuestas anónimas auspiciadas por el Consejo General del Poder Judicial? R. No nos negamos a las encuestas, sino a las preguntas genéricas, sobre cuestiones personales y hechas desde el anonimato. Sí a las preguntas objetivas, no al modelo planteado por el Consejo, que no ayuda a saber lo que realmente pasa en los juzgados. P. ¿Qué iniciativas tiene para paliar los problemas de la Audiencia de Valencia? R. No tenemos presupuesto, pero sí ideas. Es necesario un aumento de plantilla que cree, al menos, dos secciones más. Además de eso, necesitamos mejores herramientas informáticas, especializar a los jueces en una determinada jurisdicción (penal, civil y de familia) y dar una respuesta rápida, pero sin premura, al trabajo. P. ¿Introducirá algún cambio respecto a la política de su antecesor, Juan Luis de la Rúa, actual presidente del Tribunal Superior de Justicia? R. Las facultades de la presidencia están contenidas en un estatuto que nos deja poco margen de maniobra. Mi idea es que el ciudadano perciba que desde aquí trabajamos bien y para él, que velamos por sus derechos y somos merecedores de su confianza.

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