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GOLF Ryder Cup

Europa mantiene a raya a EEUU

Montgomerie, El Niño y su sueco, y Jiménez frenan la carga del equipo estadounidense

Carlos Arribas

Colin Montgomerie es un escocés grandote, rubicundo y con cara de enanito gruñón con su Blancanieves; Miguel Ángel Jiménez es conocido en el mundo como el mejor jugador desconocido; el Niño y su sueco, Jesper Parnevik, no necesitan presentación. A su lista de méritos, bastante larga ya, ayer añadieron un nuevo título, el de héroes oficiales de los partidos de la 33ª Ryder Cup, también llamados "los valientes de Brookline". Gracias a ellos, a su paciencia, perseverancia, alegría, sacrificio y calidad, Europa, el equipo que había llegado como víctima propiciatoria a terreno enemigo, se presenta a la última jornada, la que enfrentará hoy en cara a cara singular a los 12 jugadores de cada equipo, con una ventaja de cuatro puntos, 10-6. Ningún equipo en la historia de la Ryder Cup, cuyo primer torneo se remonta a 1927, ha sido capaz de levantar tamaña desventaja. Con 14 puntos, cuatro más de los que tiene ahora, la competición quedaría empatada pero Europa, ya ganadora de la Ryder Cup en sus dos últimas ediciones, retendría la Copa hasta la próxima edición, la del 2001. Con 14,5 puntos (cuatro victorias y un empate más), Europa saldría ganadora. Cansados, derrengados, como viejos boxeadores hartos de liarse a golpes a cambio de poder seguir viviendo, los jugadores europeos se retiraron, bien entrada la noche, a descansar tras otras casi 12 horas de golf durísimo, jugado al límite. Se retiraron, por lo menos, satisfechos. Habían superado indemnes el segundo día, el anunciado como el de la venganza será terrible. El capitán de EEUU, como si fuera un quinielista adicto, hizo jugar a todos sus jugadores variando en todo momento las parejas buscando la combinación ganadora. 14 combinaciones diferentes ha utilizado en los dos días jugados Crenshaw. Cinco sólo Mark James, el jefe europeo.Ben Crenshaw, el amable Benjamín, el capitán de EEUU, reunió a su docena de jugadores el viernes por la noche en su suite del Four Seasons, el hotel de lujo en el centro de Boston. Y todo lo que consiguieron los mejores jugadores del mundo en los segundos foursomes del torneo fue empatar a dos. Europa, al mediodía, ganaba 8-4, mantenía los cuatro puntos de ventaja. Y siete horas después, tras los fourballs vespertinos, resueltos también con 2-2, lo mismo. Enfrente se encontraron con demasiados obstáculos. Se encontraron con un espíritu que se negaba a inclinar la cabeza. Se encontraron, por ejemplo, con Colin Montgomerie, el líder espiritual del equipo.

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El escocés, siempre emparejado con el otro escocés del equipo, Paul Lawrie, había perdido el foursome matinal. Sabía que por la tarde tendría que apretarse los machos y los dientes para tirar para adelante. Jugó un partido de responsabilidad, el cuarto; jugó contra el líder estadounidense, Tiger Woods, el único de ellos que ha jugado sus cuatro puntos. Jugó contra un Tigre, además, recuperado, un jugador que había ganado por la mañana. Y así y todo; y a sí e incluso contra un Tigre que se sacó de la cabeza, las manos y el corazón parte de su mejor golf, el escocés testarudo ganó. Y se permitió resumir su victoria, conseguida tan tarde como con dos birdies en los hoyos 15 y 16, con una carga de ironía: "Usted ya sabe que hemos ganado, ¿no?", le dijo al periodista. "Esto está silencioso. Es lo mejor que podíamos hacer, silenciar a los aficionados jugando mejor que sus golfistas". El Tigre pensó que había ganado ya en el 14º, cuando dejó la bola a tiro de eagle y hasta Michael Jordan se puso a festejar como un poseso. Falló luego el putt, y Monty, el incombustible, se topó con sus alas. Y se echó a volar.

También al galope, como el séptimo de caballería al rescate, empezaron su partido Duval, el tímido, y Love, el amado, la pareja rival del dúo dinámico, García y Parnevik. En el hoyo cuarto ya llevaban dos de ventaja. No sólo eso: parecían imparables. Todo lo que intentaban les salía perfecto. Hasta que empezaron a pinchar en hueso. Hasta que terminaron arrastrándose y casi pidiendo la hora. A Duval y a Love los putts empezaron a salirles llorones: el miedo encogía sus brazos. El Niño pudo haber cerrado el empate un hoyo antes, con un putt en el 17º, pero se guardó lo mejor de sí mismo para el 18º: temple y madurez: el éxito y la derrota en dos metros de green: lo que más teme un jugador: un putt que si se falla es un fracaso, que si se mete es la obligación. Adentro. Y Sergio, el Niño, the Kid, la sensación, lo mejor, se puso a bailar, a saltar, a dar botes, a tirar la gorra. Gritó hasta enroquecer. Un empate fundamental.

Y también Jiménez, el desconocido: rostro curtido y arrugado, ojos pequeños y siempre serenos, escondiendo todas las emociones posibles, una gorra siempre dos tallas pequeña, un cigarrillo siempre que se pueda, una mujer preciosa llamada Mercedes y un coche Ferrari en el garaje. Es de Churriana, Málaga, y merecía más que nadie triunfar en la Ryder Cup. Perdió su partido matinal, pero hizo sudar tinta china al Tigre. Pero empató el de la tarde. Él solo. Olazábal, su compañero, una sombra de sí mismo, le pasó el peso del partido, el juego combinado de Leonard y Sutton, un talento el primero, aunque tristón, el más sólido de los estadounidenses el segundo. Y con ambos pudo el duro trabajador de Churriana. Sufriendo y penando. Resistiendo hasta el empate. Gracias a él, que disputó el último partido, Europa sale hoy muy segura. 10-6. Cuatro puntos. ¿Cómo no va a ganar?

Resultados

Europa gana 10-6 después de disputarse los foursomes y los fourballs de la segunda jornada.

Foursomes

Sutton-Maggert ganan a Montgomerie-Lawrie por un hoyo. Clarke-Westwood a Furyk-O"Meara por 3 hoyos a falta de 2. Woods-Pate a Jiménez-Harrington, 1 arriba. Parnevik-García a Stewart-Leonard, 3 y 2. Fourballs

Mickelson-Lehman a Clarke-Westwood, 2 y 1. Parnevik-García empatan con Love-Duval. Jiménez-Olazábal empatan con Leonard-Sutton.Montgomerie-Lawrie a Pate-Woods, 2 y 1.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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