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Tribuna:GENERACIÓN SIN NOMBRE
Tribuna
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La verdad del "efecto 2000"

"¡Han encontrado entradas para la inauguración del Liceo! Han conseguido (mis jefes Cosme y Joan) que les invite ese magnate árabe, ¿no te he hablado de él? Es un cliente del despacho, a mí sólo me dejan verle cuando le llevo su drambuie, ¿se escribe así?, un tío exótico de verdad, ¿qué hace un jeque en Barcelona?: odia la publicidad y es cliente nuestro... Por lo visto se ha quedado con dos palcos para toda la temporada: a 20.000 la entrada, calcula... No puedo competir con esto. Consecuencia: no me suben ni un euro el sueldo, no voy a hacer negocio con las dos entradas que tengo y, lo que es peor, no me quedará otro remedio que ir al Liceo a ver bailar sardanas". Esto es lo que Conxa escribió ayer en su diario y me hizo llegar por el mail del móvil. Debía de haber algún error. Estoy segura de que en la inauguración del Liceo no se bailan sardanas. "¿Sabes lo que eso significa?", proseguía el mensaje, y a continuación me incluía este párrafo de El diario de Bridget Jones: "Absolutamente exhausta debido a la preparación de la cita. Ser mujer es peor que ser granjero: hay tanta recolección y fumigación de cultivos: depilar las piernas con cera, afeitar axilas, depilar las cejas, frotar los pies con piedra pómez, exfoliar e hidratar la piel, limpiar las manchas, teñir las raíces, pintar las pestañas, limar las uñas, masajear la celulitis, ejercitar los músculos del estómago...". Interpreté que Conxa estaba al borde de la depresión y la llamé por teléfono, cosa que, para proteger su intimidad, habíamos decidido hacer sólo en casos extremos. "El número marcado no existe", dijo, primero, una desabrida voz metálica. Insistí. "Ahora no puedo atenderle, deje su recado en el buzón de voz". Horas después el número de teléfono seguía mudo y, en cambio, mi mail había recibido el siguiente mensaje de Conxa: "Luchar contra la corrupción, contra los privilegios de la oligarquía y contra la confusión de los intereses públicos y privados es la mejor manera de ayudar a fomentar un crecimiento que se corresponda con unas condiciones de vida mejores para toda la población. Alain Touraine, EL PAÍS, domingo 4 de julio de 1999. ¿No querías exactitud? Éste es mi estado de ánimo después de lo de las entradas del Liceo, ¿sabes de alguien que quiera ir a ver las sardanas? Estoy en pleno efecto 2000. Secuestrada. Molida. Virtual. Adivina. Corto". Demonio de chica: el Liceo, las sardanas, Bridget y su concienzuda preparación para lo extraordinario, Alain Touraine y la corrupción, el efecto 2000... Conxa había desaparecido. Sólo quedaba esperar, así que me puse a leer su voluminoso diario con la esperanza de aclarar algo. "Soy de las que están convencidas de que el futuro es de las mujeres y de que aquí vamos a tener que sacarles las castañas de fuego a estos pobres tíos que se creen Dios, pero mira qué desastres hacen con la economía y con la política en todas partes. ¡Inteligencia, emocional y de la otra les falta! Lo veo clarísimo, igual que habrá un día en que compraremos los hijos en la farmacia. Lo único que no entiendo es que, efectivamente, contundentemente, lo he comprobado, ellos me gustan: ¡me gustan los tíos!, ¡qué cruz!", escribía. En esto suena el teléfono. Era ella. "Grandes noticias. ¿Entradas? Nada de entradas... ¿Qué sardanas? ¡Ah!, si supieras. Mira: no sé si es el hombre de mi vida, pero es mucho mejor que el repartidor de pizzas del año pasado y que el filósofo experto en Wittgenstein con el que charlo por Internet. ¿Que quién es? Es el efecto 2000. Se parece a Bill Gates y a Alejandro Sanz a la vez. Se llama Pere. ¿Qué más? No sé qué más, ¡pareces mi madre, tía! Le conocí en el Ayuntamiento cuando fui a sacar el permiso para el rodaje del anuncio de compresas... un amor. Está con los de Barcelona Plató". ¿Un funcionario? "¿Tú crees que puede ser un burócrata? Bueno, ¿y qué? Ahora que lo dices... parecía obsesionado con que votara a Maragall. Y yo que pensaba que me vacilaba...". Efecto 2000, en efecto. (Continuará)

Investigación sobre si las treintañeras españolas son como Bridget Jones, Ally McBeal u otra cosa, a través de la historia de Conxa. Barcelonesa, de 31 años, licenciada en Bellas Artes, trabaja en publicidad, vive sola y tiene ideas propias.

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