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El Palacio de los Deportes de Málaga estará cerrado seis meses como mínimo El Unicaja pierde 100 millones por cada partido que no juega en el pabellón nuevo

Los problemas del Palacio de los Deportes de Málaga son graves. Así lo dijo ayer Javier Sánchez Palencia, secretario general de Deportes de la Junta, que explicó que algunos de los pilotes del edificio habían cedido unos 20 centímetros, y que dos de las barras que articulan la cubierta se habían roto. Fuentes técnicas indicaron a este periódico que, en el mejor de los casos, el pabellón no podrá usarse antes de seis meses. Entretanto, el club de baloncesto Unicaja pierde 100 millones de pesetas por cada partido que deja de disputar en el nuevo Palacio.

Sánchez Palencia, que es ingeniero, señaló que los pilotes habían cedido más en el lado del pabellón en el que se había hecho un relleno de cinco metros. Según dijo, es posible que estos rellenos hayan ejercido una presión adicional sobre los pilotes. El hecho es que las barras de la cúpula han recibido más esfuerzo del previsto. Además de las dos que se rompieron y saltaron, otras 20 están visiblemente deformadas. Sánchez Palencia recalcó que aún no se conoce por qué los pilotes se han hundido de este modo, "ni siquiera se sabe si el edificio ha terminado de ceder". Insistió en la necesidad de mantener la calma y dejar que los técnicos trabajen sin interferencias ni presiones. Señaló que su Consejería confía plenamente en las empresas a las que el Ayuntamiento de Málaga ha encargado el peritaje, el Instituto Torroja e Intemac, y que está a la espera del dictamen. A juicio de Sánchez Palencia, este informe tardará al menos un mes. "No es un trabajo sencillo", aclaró. El secretario general opinó que sería preciso reparar la estructura; en cuanto a la cimentación, "si los pilotes no se han movido más, no habrá que intervenir en ellos". Mientras, Ferrovial ha prometido que el edificio estará apuntalado en un plazo de 15 días. Otras fuentes de la Junta aseguran que las primeras observaciones de los técnicos que realizan el informe sobre los daños del palacio apuntan que sería probablemente "más rentable y más rápido derruirlo y volver a construirlo que proceder a su reparación". Si efectivamente pasan más de seis meses sin que se abra el Palacio, el club de baloncesto Unicaja se verá muy perjudicado. Fuentes del club señalaron que se pierden 100 millones de pesetas por cada partido que no se disputa en el pabellón, incluyendo abonados, televisión y publicidad. Y vuelve a plantearse el problema de dónde jugar, dado que no es posible cambiar de nuevo el calendario, porque para la Copa del Rey hace falta equilibrio entre el número de partidos jugados en casa y fuera. Entretanto, la oposición prepara acciones judiciales contra el Gobierno del PP y sigue cuestionando sus procedimientos. Francisco Oliva, portavoz municipal del PSOE, preguntó ayer: "¿Por qué autoriza el Ayuntamiento un cambio en el proyecto sin pasar por la Comisión de Urbanismo, cuando hubo un cambio sustancial?" Oliva se refería al modificado que introdujo Ferrovial respecto al proyecto de ejecución previo, que llevó a elevar el Pabellón en dos metros para paliar el riesgo de inundación y aumentar los rellenos sobre los que se construirían los cimientos. La segunda alerta de la oposición se centra en lo que llaman "adjudicación llena de irregularidades". Al concurso del Palacio se presentaron varias empresas: una unión temporal entre Sando y Vera, Dragados, Necso, Construcciones y Contratas y Ferrovial. Las ofertas económicas fueron muy similares: la más barata fue la de Necso, 1.786 millones de pesetas; la más cara, 1.898 millones, de Dragados, sólo cuatro más que la de Ferrovial, la adjudicataria. La clave fue el plazo de ejecución. Ferrovial ofreció 18 meses frente a los 27 de Necso. El resto de las propuestas estaban entre 20 y 26 meses. La adjudicación supuso un enfrentamiento directo en su día entre Celia Villalobos, defensora de Ferrovial, y José Núñez, consejero de Deportes, que apostaba por Sando y Vera. Las acusaciones mutuas, entre alcaldesa y consejero, de cobrar comisiones de las respectivas empresas llevaron a la creación de una comisión especial de vigilancia. Sus acuerdos quedaron al cabo en agua de borrajas.

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