Siempre en positivo

Dentro de unos seis meses tendrán lugar las elecciones generales, y todos los partidos políticos, de una u otra manera, se juegan mucho en las mismas. El PP, según las encuestas, parte con una ligera ventaja, que en absoluto es lo holgada que desearían sus dirigentes. Éstos son conscientes, sin duda, de que un mal resultado podría desencadenar una convulsión interna en el seno del partido.El PSOE aspira a ganar, y aunque lo tiene difícil, tiene a su lado la realidad sociológica española, que le aporta varios puntos de ventaja potencial sobre los populares. Izquierda Unida necesita urgentemente mejorar resultados con respecto a las europeas, y los nacionalistas saben que deben procurar no perder influencia.

Como ciudadano, me alegro de que la situación esté así, porque ello fuerza a los dirigentes de las distintas fuerzas políticas a esforzarse por convencernos, poniendo especial énfasis en explicarse. No puedo evitar, sin embargo, el sentir un cierto temor a que unos y otros opten por la vía fácil de la descalificación y de la agitación de los fantasmas del pasado. ¡Ojalá en lugar de eso se hagan propuestas en positivo! Sería

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un síntoma de madurez democrática muy significativo. Confío en ello, quizá -lo reconozco- porque deseo permanecer joven e idealista y al margen del escepticismo.-