Séptimo colombiano asesinado desde principios de año

La muerte a balazos de Miguel Antonio F. B. es el séptimo crimen de ciudadanos colombianos con el sello de los ajustes de cuentas en lo que va de año. El cadáver de Miguel Antonio apareció en la madrugda del viernes con cuatro disparos en la cabeza en una zona ajardinada de Vallecas. Los presuntos autores del homicidio huyeron en una moto, según declararon varios testigos.Los dos primeros colombianos muertos supuestamente a manos de sicarios (asesinos a sueldo contratados por las mafias) fueron degollados el pasado 13 de marzo en un apartamento de la calle de Orense. Las víctimas, Jaime Marcelino O. O., de 42 años, y José Benigno V. B., de 36, tenían el rostro desfigurado por los golpes y fueron torturados antes de morir.

En abril, Jaido Ernesto H. murió a puñaladas a la puerta de un pub de Usera. Dos meses después, la policía detuvo al presunto homicida durante una redada en varios bares de copas de Madrid.

Carlos V. M., recibió dos balazos en la cabeza en el rellano de la escalera del número 105 de la calle de la Infanta Mercedes, en Tetuán. La policía colombiana relacionó este crimen con las muertes de Jaime Marcelino O. O. y José Benigno V. B. Según el agregado policial de Colombia en Madrid, el general Luis Enrique Montenegro Rinco, las tres víctimas pertenecían a una "incipiente" banda de dinero que opera en Madrid. Rencillas internas por la distribución del botín provocaron los ajustes, según Montenegro. También en un ajuste de cuentas, siempre según la versión policial, murió Miguel Antonio Chaves, apuñalado por dos hombres el pasado mes de junio.

La última víctima mortal de los ajustes de cuentas había sido Fredy P. R., de 22 años, quien recibió un balazo en la cabeza a muy corta distancia cuando se encontraba en el interior de una cabina telefónica el 1 de agosto.