Correos, lámparas y telégrafos
¿Se imagina que su cartero se toma vacaciones, momentáneas o indefinidas, y mientras tanto no recibe el correo? No pasa nada, se planteará. Voy a la estafeta más próxima y recojo la correspondencia. ¿Y si cuando acude a recoger una carta o un paquete lo que se encuentra es un completo bazar con lámparas, bombillas, figuritas de porcelana réplicas kitsch de Lladró e, incluso, las míticas novelas de indios y vaqueros compartiendo local con su correspondencia? A pesar de que se puede aprovechar el viaje para reponer las pilas del mando a distancia que siempre se olvidan, los vecinos de la partida de Torrellano, en Elche, no están demasiado contentos con las ventajas de su "oficina auxiliar de Correos", según denominación oficial del jefe del servicio, Felipe Risueño. Esta curiosa estafeta es una simple muestra del precario funcionamiento que el servicio de Correos mantiene en la treintena de pedanías de Elche. En las reuniones del Ayuntamiento con los alcaldes pedáneos las deficiencias en el servicio "son la primera queja" a reseñar, según el concejal de Pedanías, Elías López. "Uno de los problemas es la rotación en los puestos de trabajo", añade. "Cuando un cartero conoce la zona que le han asignado es renovado por otro". Menos mal que todavía quedan nostálgicos. Pese a que estas carencias pueden ser una buena manera de fomentar las nuevas tecnologías de la comunicación, como el correo electrónico, el Consistorio ilicitano ha insistido en que perduren este tipo de viejos métodos y presiona a Correos para que mejore el servicio. El año pasado, los habitantes de L"Altet y Arenales del Sol se vieron agraciados con una sucursal. Algo que viene a ser como un escalafón superior a la oficina auxiliar. En ésta, el titular asignado a la plaza tiene que aportar el local. De ahí que las cartas compartan espacio con negocios ajenos al servicio público. Correos cubre la demanda de los cerca de 200.000 habitantes de Elche desde dos oficinas en la ciudad, una en el centro y otra en el barrio de Carrús. Una infraestructura insuficiente a tenor de las colas de usuarios que forman ya parte de su arquitectura. En la pedanía de Torrellano, en la que viven unas 4.000 personas, hay que añadir la ubicación del Parque Industrial, uno de los polígonos más modernos de la Comunidad Valenciana. La mayoría de las empresas acude directamente a Elche, y renuncia a trabajar con el bazar. Desde los días en los que Miguel Strogoff tuvo que surcar las frías nieves de la estepa rusa, malherido y ciego, y el pony express esquivaba las flechas de los malvados indios en la llanura americana, ha pasado mucho tiempo y las mejoras en el servicio de correos han sido notables. Ahora, el sector se enfrenta a la preocupante mentalidad quirúrgico-laboral que domina los puestos de dirección en las empresas públicas, cuando no al fantasma de la privatización. Los usuarios de Torrellano se tendrán que conformar con acudir a la estafeta-bazar, atendida de forma manual, o en su defecto abrazar por fin el campo de la informática.
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