"Diálogo, flexibilidad, racionalidad, escuchar y olvidar son las claves para salir de la crisis"
Tras una virulenta etapa en la que dos ejecutivas y una dirección provisional no han podido, sabido o querido pacificar el partido, el alcalde de Elche, Diego Macià, ha sido designado por los órganos federales del PSOE para intentar recomponer el PSPV, una organización que se resquebraja por las divisiones internas. Asegura que el problema radica en los planteamientos, y no en los personalismos, y aporta los ingredientes del único medicamento eficaz para acabar con la enfermedad: diálogo, racionalidad, flexibilidad y olvido. A partes iguales. Pregunta. Desolador, patético, grotesco, esperpéntico. Sobre la crisis del PSPV y sus consecuencias se ha opinado mucho, y ahora tiene usted la palabra. Respuesta. Todos esos calificativos son extremos, pero es verdad que el PSPV vive una situación de crisis que hay que superar, y el mandato de la nueva gestora es precisamente iniciar una etapa en la que seamos capaces de conseguir los tres objetivos básicos encomendados: resolver la situación interna hasta normalizarla, centrarnos en las elecciones generales y dejar de hablar tanto de nosotros para empezar a ejercer como oposición en las Cortes Valencianas y conformar una alternativa de gobierno a Zaplana. P. ¿Había motivos objetivos para anular el congreso extraordinario del sábado? R. Es una decisión de la comisión ejecutiva federal, que puede tomarla porque está legitimada para ello. Lo cierto es que el objetivo de convocar ese congreso era conseguir una lista única con una dirección política en la que todos se sintiesen identificados, que recogiese el sentir de la mayoría del partido, y no se cumplió. P. ¿Estaba Ignasi Pla legitimado para dirigir el PSPV? R. Repito que no se consiguieron los objetivos del congreso. Evidentemente, todos fallamos. Joan Ignasi Pla ha dado una muestra más de generosidad al facilitar a la ejecutiva federal tomar la decisión que consideraba más adecuada. El sacrificio es de todos en el partido, independientemente de decisiones personales. P. Hay quien apunta a Ciprià Ciscar como responsable directo de la crisis. R. Eso es simplificar absolutamente el proceso. P. Le han encargado recomponer una organización que se resquebraja. ¿Es posible en las actuales circunstancias? ¿Vislumbra una solución definitiva? R. Es lo que quiere la inmensa mayoría de militantes, lo que esperan los votantes, y lo único que nos mueve a corresponsabilizarnos en el intento. Lo vamos a conseguir. La gestora tiene que trazar puentes para que todos podamos participar en la búsqueda de soluciones. P. ¿Hay que ser un poco psiquiatra para superar tantos odios personales? R. Diálogo, flexibilidad, racionalidad, saber escuchar y olvidar son las claves. Olvidar porque es verdad que en los antecedentes más inmediatos ha habido heridas y enfrentamientos importantes. P. Dos secretarios generales y dos gestoras en tiempo récord. ¿Han tocado fondo? R. En estas cosas, por desgracia, nunca se toca fondo. Lo digo para que nadie se confíe. Quisiera pensar que es así, y que a partir de ahora estamos en disposición de trabajar en otra dirección. Lo importante es que todos están en disposición de buscar ese entendimiento absolutamente necesario. P. Dado que el enfrentamiento de fondo no es de ideas sino de personas, ¿alguien debería ser generoso y marcharse? R. No. Todos hacen falta en el PSPV, aunque es verdad que también todos deben ser generosos y ceder en parte de sus planteamientos. Cuando hay una situación de crisis, todo el mundo cree que su propuesta va a resolverla, y eso no puede ser. No es un problema de personas, sino de planteamientos. P. ¿Es al menos el momento de dar paso a militantes de tercera fila para superar el enquistamiento al que han llevado al PSPV los líderes históricos? R. Ya digo que todos van a hacer falta: unos aportando su experiencia, muchos olvidando sus posturas personalistas, y otros colaborando y pasando de una situación cómoda a otra en la que se les requerirá más trabajo y esfuerzo. Que salgamos o no de esta situación es cosa de todos. P. Parece que confía en ello. R. De otra forma no estaría comprometido en el proyecto. P. ¿Usted también pide perdón a la militancia y electores? R. No estamos dejando en muy buen lugar al PSPV, y más que perdón pediríamos disculpas porque hemos estado más pendientes de cuestiones internas que en lo que tiene que ser nuestra labor: preocuparnos de los problemas ciudadanos. P. ¿El PSPV ha pasado de ser un granero de votos a un lastre para el PSOE? R. En absoluto. Si superamos la crisis obtendremos unos resultados que permitirán al PSOE ser el más votado en las próximas elecciones generales. Nuestra responsabilidad es trabajar unidos en una campaña electoral sin que afecten para nada estas diferencias actuales. P. ¿Cuánto tiempo calcula que se mantendrá al frente de la gestora? R. En pocas cosas me marco plazos. Si veo que avanzamos estaré satisfecho, sin fecha fija para concluir el proceso, aunque me gustaría cuanto antes. P. ¿Temen ustedes una rebelión de la base? ¿Una escisión? R. Si buscamos culpabilidades, todos tenemos parte, y también todos tenemos que resolverlo. No se trata de buscar culpables. Los militantes exigen un encuentro, y no veo esa posibilidad que usted apunta. P. ¿Cuál sería la génesis del conflicto y qué elementos han colaborado en agudizarla al extremo de hacer irreconciliables las posturas? R. En una situación compleja son muchos los elementos que participan. En cualquier caso preferiría no jerarquizarlos porque no es el momento de discutir sobre los orígenes, aunque sí de reflexionar sobre qué ha ocurrido y solucionarlo. P. ¿Quizás unas primarias para las que no estaban preparados? R. Es una decisión tomada por los militantes. Éramos conscientes de que tenían ventajas, inconvenientes y muchos riesgos, y fuimos capaces de ponerlas en práctica. Es un ejercicio de democracia que se mantendrá. No hay marcha atrás, y a medida que pase el tiempo corregiremos esos riesgos. P. ¿Un ejercicio de democracia pese al resultado? R. Tampoco se puede meter todo en el mismo saco. Hemos tenido dos casos muy concretos, y distintos: las renuncias de Josep Borrel y Joan Romero. Defendemos y defenderemos la capacidad de los militantes de elegir a sus candidatos. P. Ciscaristas, asuncionistas, lermistas, romeristas... ¿participa usted de esta nomenclatura? R. Ése es uno de los males por los que vamos a morir: las etiquetas. Hay que romper con el encasillamiento de los compañeros, y superando esto podremos encontrar soluciones. P. ¿Y usted de quién es? R. Me considero un militante del PSPV con criterio propio y una responsabilidad asumida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.