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Rusia niega que esté preparando la invasión de Chechenia

Rusia no tiene intención de invadir Chechenia. El viceministro del Interior, Ígor Zúbov, lo aseguró ayer con rotundidad, tras hacer notar que esa operación "supondría una enorme pérdida de vidas humanas". Sin embargo, sus palabras no despejaron todas las dudas. En los últimos días, el despliegue de cerca de 50.000 soldados rusos en la zona fronteriza ha llevado a muchos analistas a deducir que esa máquina militar no va a cruzarse de brazos en espera de que los milicianos de Shámil Basáyev y el comandante Jattab lancen un nuevo ataque en Daguestán.El lunes, el vicejefe del Estado Mayor ruso, Valeri Manílov, ya dijo que no excluía ningún método para eliminar a los terroristas y destruir sus bases y fuentes de aprovisionamiento. Ayer mismo, el ex jefe del Servicio Federal de Seguridad Nikolái Kovaliov aseguró que Rusia no puede permitirse el lujo de movilizar a 50.000 hombres sin lanzarlos a la ofensiva. "Las guerras no se detienen en las fronteras propias", concluyó.

Por la mañana, la agencia Ria, citando a Alexéi Kulakovski, representante de Moscú en las repúblicas caucásicas de Ingusetia y Osetia del Norte, había señalado que los 540 kilómetros de frontera entre Rusia y Chechenia habían sido cerrados. De ser así, se habría cumplido la promesa de establecer una cuarentena sobre la república rebelde efectuada por el primer ministro, Vladímir Putin, tras la oleada de atentados que, en poco más de dos semanas, se cobró cerca de 300 vidas en Moscú y otras ciudades rusas.

Zúbov opina que es imposible el bloqueo total de una frontera tan larga y montañosa, pero se muestra convencido de que se están creando las condiciones para evitar una nueva penetración masiva desde Chechenia. Puede que no pase mucho tiempo antes de que se compruebe si tiene o no razón.

República islámica

Los militantes wahabíes están muy lejos de haber renunciado a su propósito de implantar una república islámica en Daguestán y, si fuese posible, en todo el Cáucaso ruso. Diversas informaciones aseguran que superan ya los 5.000, y que están recibiendo refuerzos del exterior, financiados en parte por el millonario saudí Osama bin Laden, bestia negra de los servicios antiterroristas norteamericanos.

Basáyev asegura que está formando unidades suicidas, aunque no llega a insinuar que puedan cometer atentados en Rusia. De hecho, el señor de la guerra checheno ha negado toda responsabilidad en la última oleada terrorista. Informaciones sin confirmar hablan de que las fuerzas de seguridad rusas están preparando por su parte comandos especiales cuyo objetivo fundamental sería la eliminación física de Basáyev y Jatab.

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Entre tanto, los presidentes de Ingushetia y Osetia del Norte se reunían con el de Chechenia, Aslán Masjádov (enemigo acérrimo de los comandantes guerrilleros), para tratar de evitar que el conflicto degenere en una guerra abierta como la que, entre diciembre de 1994 y agosto de 1996, se cobró decenas de millares de vidas.

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