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Un consejo de notables propone elegir en primarias al candidato opositor mexicano

Juan Jesús Aznárez

La fórmula alcanzada por el grupo de notables mexicanos, cuya ayuda reclamaron los partidos de oposición para saldar sus diferencias sobre cómo acudir a las presidenciales del 2000 con un candidato único, consiste en elegirlo en una consulta abierta en la que eventualmente podrían votar hasta 18 millones de nacionales en 12.000 colegios, previa confección de un padrón de electores. El Consejo Ciudadano encargado de definir la selección del eventual adversario del gobernante Partido de la Revolución Institucional (PRI) en la cita del año próximo entregó, el martes, su propuesta a los ocho partidos interesados en la alianza. Si para el lunes próximo no ha recibido una respuesta, el consejo se declarará disuelto entendiendo que no ha sido aceptada."Si Cárdenas y Fox son gente que tienen generosidad y visión, la aceptarán", declaró José Agustín Pinchetti, portavoz de un grupo integrado por expertos e intelectuales que simpatizan con el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyo candidato es Cárdenas, o con el conservador Partido de Acción Nacional (PAN), abanderado por Vicente Fox. Cárdenas propuso en su día la convocatoria de primarias, y Fox, partidario de una macroencuesta, las rechazó argumentando que hubo trampas en las desarrolladas por el PRD para elegir a su dirección, y el fraude puede repetirse. El Consejo Ciudadano aprobó, por unanimidad de los 12 miembros presentes, una consulta que supuestamente no podrá ensuciarse. En ella sólo podrán tomar parte los electores previamente inscritos e identificados con sus antecedentes y fotografía personal en oficinas abiertas dos semanas antes de la consulta.

Evitar falsificaciones

El objetivo, según manifestaron portavoces del consejo, es evitar falsificaciones y que el PRI pueda intervenir en el proceso alterando la voluntad de los mexicanos adscritos a los diferentes partidos de oposición. Sin precisarse todavía aspectos importantes del mecanismo, el grupo de notables admite modificaciones a cargo de los partidos, pero no cambios en la columna vertebral de su propuesta: que las urnas decidan entre Cárdenas y Fox.

Nadie espera que, de ser aprobada, pueda confeccionarse un patrón con 18 millones de electores, número que votó por la oposición en los comicios federales de 1997, y más bien se habla de "cientos de miles". Confusas algunas intenciones, no pocos analistas y políticos sostienen que la alianza naufragará porque ni Fox ni Cárdenas, ni sectores influyentes en el núcleo del PRD y el PAN la creen conveniente al obligar a renuncias, al reparto del poder entre formaciones de muy diferente credo y adivinarse una cohabitación gubernamental a gritos. Y como nadie quiere decir no a una alianza insistentemente pedida por la opinión pública opositora, quienes dicen promoverla en realidad, agregan sus críticos, juegan a dejarla morir de inanición, a que el tiempo acabe matándola.

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