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Radiografías arquitectónicas

LUIS DANIEL IZPIZUA Entro en directa: "Al PP y al PSE les duele que Lizarra sea la radiografía de un modelo de solución a un problema político cuya arquitectura es implacablemente democrática". Lo ha dicho Joseba Egibar. Y mí no entender nada. ¿La arquitectura es la del problema político, la del modelo de solución o la de la radiografía? ¿Es Lizarra la arquitectura de una radiografía?, ¿la radiografía de una arquitectura? En realidad, tampoco sé si quiero entender algo. Seguramente no merece la pena. Pero toda esa palabrería define un estilo, y el estilo es el hombre, como ya dijo Buffon. Y he ahí un hombre cuya cabeza nos conduce siempre a una pizarra. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que la radiografía nos suele revelar el secreto -la veritas- y que él posee ese secreto. Desde esa veritas que le pertenece en propiedad, nuestro hombre siempre nos dará lecciones, para lo que aderezará su discurso con palabrejas que apelan a la geometría de la razón. Joseba Egibar siempre habla del conflicto como si éste no fuera con él: como un experto venido de otro mundo. Pero en él la razón es la máscara de una pasión. Y eso es siempre peligroso. Decía Wittgenstein que la Lógica tenía siempre carácter tautológico. Lo mismo vamos a terminar diciendo de la política, a nada que sigamos prestando oídos a nuestros políticos. Pregunta: ¿qué es el pacto de Lizarra? Respuesta: el pacto de Lizarra es el pacto de Lizarra. Pregunta: ¿quiénes entran en el pacto de Lizarra? Respuesta: en el pacto de Lizarra entran los que entran en el pacto de Lizarra. Naturalmente las cosas no se formulan con esa transparencia, pero en el fondo no es otra cosa lo que se nos viene diciendo desde hace una temporada. Tampoco urge hablar de otra forma. Veamos, si no, el último comunicado de ese foro, un texto penoso a nada que se le dediquen un par de minutos. En él se nos dice que "el principal obstáculo que encuentra la Declaración de Lizarra-Garazi es el inmovilismo con el que tropieza". En realidad, el principal obstáculo con el que tropieza es la opinión adversa de quienes no están de acuerdo con él. Pero a ese desacuerdo se le llama inmovilismo por la sencilla razón de que se parte de que nada puede haber -nada debe haber- al margen de ese acuerdo: el que no marcha con él no es que se oponga, es que es un gandul. Partiendo de esas premisas, qué necesidad hay de salir de la tautología. Dios es Dios, y cualquier intento por definirlo siempre tropieza con ese escollo. También Lizarra aspira a algo similar a la divinidad, aun afirmando respetar la pluralidad de la sociedad vasca. Veamos, sin embargo, cómo la respeta: "Por encima de las diferencias y las polémicas, respetando la pluralidad de la sociedad vasca, nos comprometemos a trabajar..." Por encima de las diferencias, ¡como si ellos no formaran parte de ellas! He ahí uno de los estilemas Egibar a que hacía referencia más arriba, ese estar radiográfico de experto, conocedor de la arquitectura interior. Por encima de la pluralidad, le perdonan a ésta la vida después de haberla reducido a una simple distinción entre trabajadores y gandules. "Nos" se compromete a trabajar -¡cómo no!-, pero ese "nos" que tanto les reprocha a algunos su "comodidad irresponsable" comienza a adquirir trazas de un sujeto absconditus. ¿Será tal vez Euskal Herria, ya que en un momento determinado se habla del "respeto a la palabra de Euskal Herria"? ¿Se imagina alguien el escalofrío que nos recorrería si oyéramos hablar de la palabra de España, la palabra de Francia, la de Alemania? Duele seguir hablando de estos temas y en estos términos. Una de las consecuencias positivas de la tregua es el gran cansancio que de pronto nos ha invadido, una especie de flojera postestrés, un cansancio de siglos. Y desde ese cansancio, nuestros ojos advierten otras realidades, realidades que comienzan a colorearse, de modo que todas esas soflamas nos aburren ya, nos irritan, como el afán de alguien por recordarnos una pesadilla olvidada. Yo amaba el cine, como tantas otras cosas, y juro que esa pesadilla me llevó a olvidarme de todo. Vuelvo a amar el cine. Como usted. Como todos. La fiesta empezó el 16. En Donostia.

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