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Agricultores y vecinos de Níjar afirman que una banda organizada ataca a inmigrantes

24 trabajadores africanos han sufrido este mes agresiones en campos de Almería

Jorge A. Rodríguez

Agricultores y vecinos de los Campos de Níjar (Almería) están convencidos de que un grupo organizado, formado por nueve personas, es el responsable de los ataques a inmigrantes africanos, que en sólo un mes han provocado 24 heridos y una corta huelga que paralizó el trabajo en los invernaderos. Esta creencia es compartida por uno de los detenidos por estas agresiones y dos de sus amigos, que admiten que una banda "con gente de Almería, Roquetas de Mar y El Ejido" se ha conjurado para expulsar "a 50 moros, de Casablanca y Argelia, que son unos ladrones".

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Las agresiones, que comenzaron el 7 de septiembre en Campohermoso, una pedanía de Níjar de 5.000 habitantes, han llevado la tensión a la localidad, que recela del continuo aumento de africanos. "El censo no es fiable, pero calculamos que hay de 600 a 900 africanos empadronados y casi los mismos indocumentados", explica el socialista Manuel Rodríguez Montoya, teniente de alcalde de Níjar.Una parte de este colectivo, mano de obra imprescindible en los invernaderos (hay 17.000 inmigrantes documentados en Almería y 4.500 sin papeles, según UGT), es acusada por la población del aumento de la inseguridad ciudadana. Los vecinos de Níjar consultados se sacuden las acusaciones de racismo con este argumento. Todos coinciden en que un grupo de españoles ha decidido actuar violentamente para acabar con los robos.

La Guardia Civil asegura que los ataques los han perpetrado nueve personas de Níjar, sin vinculación con organizaciones racistas o nazis, que han reaccionado contra la sensación generalizada de que un grupo de africanos es responsable del aumento de los robos. "Tenemos prácticamente identificados a los agresores y en unos días habrá más detenciones. Son chavales del pueblo, sin vinculación con bandas racistas", alegan fuentes del instituto armado de Almería.

Sin embargo, los servicios de Información de la Guardia Civil están participando en las investigaciones y un equipo especializado en terrorismo exterior se ha desplazado desde Madrid para aclarar el asunto. Es más, los dos detenidos tras estos hechos han sido acusados de un delito contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades, relacionado con el racismo (artículo 510 del Código Penal).

Agustín G. E., de 21 años, detenido y ya en libertad provisional, sostiene que un grupo "de castellanos" está empeñado en "echar a los 50 moros que roban". "Sé que gente de varios pueblos ha organizado los ataques", agrega. Agustín tiene un Porsche rojo y un Opel Kadet señalados por los inmigrantes como vehículos de los agresores.

David y Pedro, dos cachas amigos de Agustín y vecinos de la pedanía de San Isidro, dan más detalles: "Claro que es una banda organizada, con gente de Roquetas de Mar, Almería, Níjar y El Ejido que va a echar a estos golfos antes de que nos echen a nosotros", coinciden ambos tras reconocer que, antes de la cadena de agresiones, ellos mismos ajustaron a golpes las cuentas a cuatro africanos "ladrones". "Los malos", según su opinión, "son los que vienen de Casablanca y Argelia, porque con los negros y los lituanos no tenemos ningún problema". Francisco, un agricultor vinculado a una ONG al que su esposa le pide prudencia a la sombra de su invernadero de pepino holandés, va más allá. "Es un grupo organizado, pero no de delincuencia común, sino de gente de la zona que ha montado una caza del inmigrante. Y ha habido muchos más ataques que los cinco denunciados, pero los sin papeles no se han atrevido a denunciarlo", explica.

El marroquí Abdallah Benhaimed, el portavoz de los inmigrantes despedido por faltar a su trabajo en un locutorio telefónico durante las protestas contra las agresiones, precisa que 24 africanos han sido atacados. Ángeles Carrasco, técnico de CCOO y responsable de un centro de inserción laboral de Campohermoso, precisa que ella conoce a tres sin papeles agredidos: "Uno de ellos, que se fue corriendo cuando le dijimos que denunciara los hechos, identificó a uno de sus agresores porque lo atacó a cara descubierta con dos encapuchados que lo abordaron desde un deportivo rojo. Dijo que era moreno, alto, con perilla y patillas largas".

Sí se atrevió a denunciar su agresión Kwasi Mensah, natural de Ghana, de 29 años. El 9 de septiembre, a las 20.30, lo abordaron tres encapuchados cuando volvía a su casa con la compra: "Me tiraron piedras y me dieron un navajazo en la oreja derecha. Luego me quitaron 15.000 pesetas. Les pedí que no me mataran y, la verdad, pasé tanto miedo que casi ni vi a los agresores". Tres días después fue atacado su amigo Mike Thiwa, de Liberia. A él lo asaltaron cuatro personas embozadas con cascos en dos motos, una roja y otra amarilla. "Me dijeron que me iban a matar, y cuando empecé a huir, uno se bajó con una pistola y me disparó cuatro veces". Ni resultó herido ni se hallaron los casquillos.

Ni uno solo de los africanos consultados duda de que los ataques tienen carácter racista. Y ni uno de los vecinos consultados se declara racista. Lo más que admiten es que "los moros no saben comportarse".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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