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Unió aplaza el debate sobre su futuro en CiU hasta las generales Los democristianos evitan celebrar su congreso extraordinario en fechas electorales

Francesc Valls

CiU vive una luna de miel político-electoral entre sus líderes: Jordi Pujol y Josep Antoni Duran Lleida. El líder democristiano se ha convertido en un asiduo invitado a los actos que protagoniza el presidentre de la Generalitat y de CDC. Ahora el último episodio de esta buena relación ha corrido a cargo UDC, que ayer decidió no abordar su futuro político en la coalición hasta después de la marejada electoral: la autonómica, de octubre, y la de las generales, en la próxima primavera.

Josep Antoni Duran Lleida dejó ayer claro que las dos citas electorales venideras son lo suficientemente importantes como para no llevar al seno del partido un debate estratégico sobre el futuro de la coalición. Los dirigentes de Unió no quieren correr el riesgo de que alguien cometa el error político de abrir la caja de pandora de las relaciones con Convergència en vísperas de unas autonómicas y con un contrincante como Pasqual Maragall. Los líderes democristianos, que antes de iniciarse el período electoral habían asegurado por activa y por pasiva que nada volvería a ser igual en el seno de CiU después de las elecciones catalanas, han decidido dejar para tiempos mejores sus relaciones con Convergència en el universo incierto del pospujolismo. Así quiso ponerlo de relieve el propio Duran quien ayer se negó a dar protagonismo siquiera al XXI congreso ordinario. "El 19 de diciembre, en una sola jornada, se debatirá la gestión de la ejecutiva y se votarán las candidaturas que se presenten, pero no habrá discusión de ponencias políticas", afirmó ayer el líder de UDC. Unió reunió ayer por la mañana a su comité de gobierno (ejecutivo) y sometió a votación desglosar el congreso en dos tiempos: uno de tipo técnico para renovar la dirección (19 de diciembre) y otro político para tratar el futuro de la coalición (tras las elecciones generales). Duran no quiso desvelar si repetiría como presidente del ejecutivo, aunque todo el mundo lo da por descontado. En UDC se valoran especialmente los gestos que el presidente de la Generalitat tiene hacia ellos, aspecto que es visto con recelo en algunos sectores de Convergència, sobre todo cuando todas las especulaciones sobre quién será el sucesor de Pujol están abiertas por expreso deseo del propio número uno.

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