Brown pronostica que el Reino Unido crecerá más del 3% en el 2001

El Reino Unido va camino de alcanzar las previsiones oficiales más optimistas de crecimiento económico durante los tres próximos años, según Gordon Brown, ministro de Finanzas, en su intervención en el Consejo de Relaciones Internacionales, con sede en Nueva York. "Estamos trabajando en pro de la estabilidad y crecimiento constante, y podemos alcanzar todo nuestro potencial si tomamos las decisiones correctas a largo plazo", señaló.Cuatro factores son esenciales, subrayó, para lograr un incremento del producto interior bruto (PIB) del 1,5% para este año, del 2,75% en el 2000 y del 3,25% al año siguiente, bandas más altas anunciadas junto con los presupuestos generales el pasado abril. Además, el Banco de Inglaterra debe mantener una "política monetaria proactiva", y el propio Gobierno debe insistir en la "prudencia fiscal". El Tesoro, a su vez, debe incentivar el trabajo remunerado frente a la dependencia de las arcas estatales por parte de jóvenes y parados de largo plazo. En tercer lugar, tanto el sector público como el privado deben ser "responsables" a la hora de negociar incrementos salariales ("no se puede gastar lo que no se ha ganado", dijo Brown la víspera). El cuarto pivote se asienta en la inversión en nuevas tecnologías y adiestramiento de la población laboral.

El ministro orienta su gestión al crecimiento continuado con una disciplina rígida que evite el brusco ciclo de recaída y recuperación que dominó la economía durante las administraciones conservadoras. "Con una disciplina dura en política fiscal y monetaria hemos creado una plataforma de estabilidad durante los dos últimos años. No cometeremos el error de Gobiernos anteriores que relajaron la guardia cuando la economía comenzó a crecer", defendió.

La preparación hacia la entrada en el euro, que demandaron esta semana las fuerzas sindicales, no entra en sus planes. Condiciona la abolición de la libra a lo que califica como criterios económicos, que se revisarían tras las elecciones previstas en un plazo máximo de tres años. La estrategia de "esperar a ver" si la moneda única funciona sigue vigente en la política del Gobierno laborista.