El avión se partió en tres al aterrizar en Girona, pero todo se quedó en un gran susto
El accidente de un Boeing 757 de la compañía Britannia al aterrizar en el aeropuerto de Girona el pasado martes por la noche en plena tormenta se saldó con 60 heridos leves, por contusiones sin importancia e hipotermias. Ayer, sólo una anciana de 77 años permanecía ingresada, con problemas respiratorios. Una comisión de técnicos investiga las causas del siniestro, que, como se aprecia en la fotografía, partió en tres trozos el avión, que guardaba en sus depósitos alrededor de 4.000 litros de queroseno.
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