Después de las bombas

Los habitantes de Moscú, atemorizados con las explosiones que han reducido a escombros dos bloques de apartamentos, merecen nuestro más cálido apoyo. Condolencias extensibles a la Administración rusa, abrumada con un problema más. (...) El pánico ha sido la consecuencia más directa de los mortíferos atentados. (...) Las autoridades sospechan de los guerrilleros musulmanes de Chechenia o Daguestán, ávidos de venganza por los recientes bombardeos rusos. (...) Pero Basáyev, líder de los separatistas chechenos, niega cualquier implicación. Durante la guerra de Chechenia se produjeron amenazas similares, pero no hubo ataques a civiles en el norte. Los guerrilleros de Chechenia y Daguestán sugieren que las explosiones son reflejo de la convulsa política rusa. (...) Coinciden con nacionalistas y comunistas en temer que los acólitos de Yeltsin utilicen la crisis como pretexto para retrasar las elecciones. Tampoco hay pruebas que impliquen al terrorista Osama Bin Laden, como repiten los medios de comunicación. (...)Las peticiones de cooperación internacional lanzadas por Rusia deben ser atendidas. (...) Pero ha ignorado varios días la oferta británica para proteger sus ciudades. (...) Ya existe una legislación antiterrorista. (...) La ley de emergencia que discute el Parlamento no debería ser necesaria. La policía tampoco puede caer en la tentación de arrestar a la gente por el color de su piel. Según un informe de la semana pasada, menos de un 6% de los moscovitas desea un estado de emergencia . Los dirigentes rusos deben tener en cuenta su opinión .

, 15 de mayo