Los precios desbordan al Gobierno y le obligan a subir ocho millones de pensiones

El mal presagio se ha cumplido y la inflación ha desbordado en agosto las previsiones del Gobierno. La tasa interanual se ha situado en el 2,4%, tras subir cuatro décimas en relación a julio, y acumula un 2,1% en los ocho primeros meses. La consecuencia inmediata será la revisión de ocho millones de pensiones y de los convenios colectivos de cuatro millones de trabajadores. Tras la escalada de agosto, el Gobierno terminó ayer por admitir que la previsión para final de año, un 1,8%, se ha convertido en una quimera y la ha elevado al 2,4%, mientras situaba el objetivo de crecimiento del PIB en el 3,7%, dos décimas por encima del calculado hasta ahora.

Han sido los precios de los carburantes, con una subida del 4,1% en agosto, los principales responsables del rebrote de la inflación. El mes pasado el barril de petróleo rebasó los 20 dólares, lo que provocó que los precios de los carburantes se dispararan hasta cotas nunca antes conocidas. El resultado ha sido que el índice de precios al consumo (IPC) interanual se ha situado en el 2,4%, la tasa más alta desde febrero de 1997, ha pulverizado el objetivo previsto para final de año y ha forzado al Gobierno a elevarlo nada menos que un tercio. La inflación acumulada en los ocho primeros meses es del 2,1%. Para cumplir los nuevos objetivos hace falta ahora que sea excelente el comportamiento de los cuatro últimos meses, como ya ocurrió el año pasado. La revisión al alza de los ocho millones de pensiones supondrá 42.000 millones para las arcas del Estado. Los empresarios deberán desembolsar unos 58.000 millones tras la actualización de convenios colectivos que afectan a cuatro millones de trabajadores, según los sindicatos. Los sindicatos de funcionarios ya han exigido que también se revisen sus salarios. Economía subraya la responsabilidad del encarecimiento del petróleo en el desbordamiento de los precios y anuncia nuevas medidas que se añadirán a las adoptadas en abril pasado, cuyo efecto ha sido muy limitado. Entre las nuevas se barajan más facilidades para que los hipermercados puedan vender gasolinas y la congelación del impuesto especial sobre carburantes.