Una persona muere y otra permanece en coma tras un tiroteo ocurrido en Benalmádena
Un tiroteo que empezó a las 21.20 del domingo en la urbanización Monte Alto de Benalmádena (Málaga) acabó con la vida de G.H.S., de 35 años, y dejó malherido, en coma profundo, a un hombre de unos 40 años cuya identidad aún se desconoce. La policía cree que los autores de la agresión fueron al menos dos, pero no ha dado con ellos. Sí ha detenido a M.L.M.M., la mujer del difunto, y F.J.B.M., su cuñado, por encubrimiento. Se les acusa de no haber llamado a la policía y de haber tratado de borrar pruebas del delito. En el chalet se encontró una ametralladora y abundante munición.
G.H.S. murió de un tiro en la cabeza; su compañero, aún pendiente de identificación, sufrió dos impactos de bala, uno en un antebrazo y otro en el cráneo. Este último le causó, según el parte médico, un daño encefálico "severo" y le sumió en un coma profundo del que muy difícilmente se recuperará. Ayer la policía hizo pública la noticia de su muerte a las 16.00 horas; sin embargo, cuatro horas más tarde Víctor Baena, el director médico del Hospital Regional Carlos Haya, afirmó que el paciente, ingresado allí desde anoche, seguía con vida, y que en breve se le iban a empezar a practicar las pruebas de muerte cerebral. Según los datos de la policía y el relato de algunos vecinos de la urbanización, hacia las 21.20 del domingo, dos personas entraron en el chalet que ocupaban G.H.S., su acompañante desconocido, su mujer, M.L.M.M., y su cuñado, F.J.B.M. Se enfrentaron, dispararon e hirieron al desconocido en un brazo (cuando trataba de protegerse la cara) y en la cabeza. G.H.S. consiguió salir de la casa y huir por la Avenida de la Yedra, seguido por los dos agresores, que dispararon dos veces en la puerta del chalet y luego cuatro más, a unos 150 metros de allí. El último de estos tiros mató a G.H.S., que quedó en el suelo con un balazo en el cráneo. Sus perseguidores escaparon calle abajo y desaparecieron. Un vecino llamó a la policía desde que oyó los primeros gritos y disparos. Los agentes llegaron a las 21.30 y, pocos minutos más tarde, les siguió una UVI Móvil del 061. El difunto fue reconocido por el equipo de urgencias del Centro de Salud del Arroyo de la Miel, que apenas pudo hacer más que certificar su muerte. El herido, sin embargo, fue trasladado al Hospital Carlos Haya, donde ingresó en la UVI. Tuvo custodia policial hasta avanzada la tarde de ayer. Nuevos datos En principio se había dicho que G.H.S. era de nacionalidad colombiana, y se le había asociado al tráfico de drogas. Pero ayer se confirmó que era español, si bien nacido en Francia. Sí son colombianos su esposa y su cuñado. Del origen del herido no se sabe nada, ni tampoco de su profesión y actividades. M.M.L.M. declaró a la policía que no conocía al acompañante de su esposo, y que acababa de llegar al chalet cuando comenzó el tiroteo. La policía no quiso aventurar ninguna hipótesis sobre las causas de este suceso. No descartó ninguna posibilidad, ni el ajuste de cuentas entre narcotraficantes, que fue la que se barajó primero. Fuentes de la Comisaría recalcaron que aún no saben a qué se dedicaban las víctimas de esta agresión, un dato fundamental para buscar un móvil. Pero mientras avanza la investigación y se localiza a los responsables de los disparos, se ha detenido a dos personas, la mujer y el cuñado del difunto. Se les acusa de encubrimiento, por no haber avisado a la policía lo antes posible, y por haber tratado de cubrir las huellas del tiroteo en la casa, limpiándola y recogiéndola en el corto período que transcurrió entre que los agresores la abandonaron y se presentaron los agentes de la autoridad. Los dos negaron tener nada que ver con el suceso. En el registro policial se encontró en la casa un subfusil-ametralladora y abundante munición. Esto, para la Comisaría, es un signo claro de la peligrosidad de los implicados en el asesinato.
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