El euro se impondrá más deprisa

Los Quince confirmaron ayer el creciente consenso para que el euro se imponga más rápidamente. Es decir, para reducir los seis meses previstos (la primera mitad del 2002) en que se producirá la "doble circulación" de la moneda única con las otras divisas incorporadas a ella a sólo dos meses, o quizá a tres. No tomaron decisiones -tampoco era un Ecofin formal, sino informal- sino que la dejaron para más adelante, con la idea subyacente de que ésta decisión engorde la cumbre de Helsinki, en diciembre.

Algunos países tienen dificultades logísticas para esta reducción de plazo. Muchos señalaban a Italia, que guardó silencio oficial al respecto. Pero el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, relativizó este problema. Sostuvo que lo decisivo es iniciar la circulación de monedas y billetes denominados en euro con "una masa crítica suficiente" -del 80% al 90% de la masa total prevista- para responder con largueza a la demanda. Abrió así paso a que algún país pueda gozar de más plazo.

En todo caso, "cualquiera que sea la fecha", la posibilidad de convertir pesetas en euros en los bancos privados durará mucho más, "y en la banca pública, siempre", recordó el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, para tranquilizar a los usuarios. La ilustró con el ejemplo de que un billete antiguo de 1.000 pesetas retirado de la circulación puede canjearse en el banco emisor por otro nuevo, sin importar cuándo fue emitido el primero.