La Guardia Urbana inicia mañana la "operación otoño" y aumenta el control del ruido de motos y ambulancias

El operativo habitual de la Guardia Urbana tras el retorno de las vacaciones, la llamada operación otoño, se pondrá en marcha mañana y no al inicio del curso escolar como se realizaba tradicionalmente. El motivo del adelanto del operativo, que se mantendrá hasta la Mercè, es lograr la mayor fluidez posible del tráfico cuando se reanuda la actividad ciudadana. "Se trata de que el conductor asimile el fin del periodo de vacaciones y, por tanto, sea más respetuoso con la normativa. Por ejemplo, que deje de aparcar en doble fila para comprar el periódico", explicó ayer la concejal de Movilidad y Seguridad del Ayuntamiento, Carme San Miguel. En la práctica, los agentes vigilarán especialmente los estacionamientos en doble fila y los indebidos en las esquinas. En esta ocasión, se pondrá especial atención en el control del ruido de las motos, pero también el de las ambulancias. La concejal precisó que un estudio realizado puso de relieve el uso indebido de las sirenas de las ambulancias en un 20%. El exceso de velocidad, la invasión de las aceras por los vehículos, los controles de alcoholemia, el uso del cinturón de seguridad en los turismos y de los cascos en el caso de los conductores de motocicletas serán otros puntos en los que los agentes extremarán sus controles. El dispositivo de agentes y medios para la operación otoño no ha sido reforzado pese al incremento de la circulación, que en el primer trimestre de este año ha aumentado con los 43.000 vehículos matriculados en la provincia de Barcelona.