Schröder sufre una grave derrota en las urnas al perder su feudo de Sarre
Los electores de los Estados federados de Sarre y Brandeburgo castigaron ayer en las urnas la política de austeridad del canciller alemán, Gerhard Schröder. Los democristianos arrebataron al Partido Socialdemócrata (SPD) el Gobierno regional de Sarre (oeste), que controlaba en solitario desde 1985, y feudo de Oskar Lafontaine, ex ministro de Finanzas de Schröder. En Brandeburgo (este), el SPD perdió la mayoría absoluta al sufrir una caída de casi 15 puntos ante el avance de la ultraderecha, que logró entrar en la Parlamento regional.
Nada más conocer las primeras proyecciones de voto difundidas por las cadenas de televisión alemanas, Schröder reconoció la derrota de su partido en las elecciones regionales de Sarre y Brandeburgo, pero afirmó que no piensa cambiar su línea de gobierno, ni renunciar a su plan de austeridad económica. El canciller, que admitió sentirse "triste y defraudado", advirtió: "No hay ninguna alternativa para el plan de austeridad, hay que aplicarlo en interés de Alemania ". Schröder insistió en que su Gobierno no tiene más remedio que adoptar medidas de austeridad poco populares, como la congelación de las pensiones de jubilación, para hacer frente a "la montaña de deudas" heredada del anterior Ejecutivo conservador. En Sarre, la Unión Cristianodemócrata (CDU) alcanza la mayoría absoluta de escaños en el Parlamento del land con un 45% de los sufragios, según los resultados oficiales provisionales. Su candidato, Peter Müller, será el nuevo jefe del Ejecutivo. Los socialdemócratas, que perdieron cinco puntos, se situaban en un 44%. Los Verdes han quedado sin representación parlamentaria al no superar el listón del 5% de los sufragios.
Amigo de Lafontaine
El candidato del SPD, Reinhard Klimmt, es íntimo amigo de Lafontaine, que dimitió como ministro de Finanzas el pasado mes de marzo por sus discrepancias con la política centrista de Schröder. Lafontaine, ex presidente del Gobierno regional de Sarre y que fue el anterior líder del SPD, encabeza ahora la corriente izquierdista del partido, contraria a la línea de Schröder. Por esa razón, si Klimmt hubiera obtenido una victoria en el Sarre, el resultado se habría interpretado también como una condena a Schröder. Mientras tanto, en Brandeburgo, el SPD seguía siendo el partido más votado, con cerca del 40%, pero perdía la mayoría absoluta y el apoyo de más del 14% de sus electores de hace cinco años. En este Estado de la antigua República Democrática Alemana (RDA), la CDU se situaba en el 25% de los sufragios, tras experimentar un avance de siete puntos, seguida de cerca por los excomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS) que aumentaron su peso hasta alcanzar el 23% de los sufragios.
Pero la principal novedad en los comicios de Brandeburgo ha sido la entrada en la Cámara regional de los ultraderechistas de la Unión del Pueblo Alemán, con un 5,5% de los votos.
Schroeder no quiso dar anoche consejos a su compañero de partido, el primer ministro de Brandeburgo, Manfred Stolpe, sobre el socio de coalición que debe escoger, ya que tiene la alternativa de pactar con los democristianos o llegar a un acuerdo con los excomunistas, que siguen teniendo su feudo político en la antigua RDA. El canciller alemán, no obstante, expresó su preocupación por el resultado obtenido por la extrema derecha. "Esa gente no tiene ningún entendimiento político, no ofrece ninguna alternativa política. Este resultado es malo para la imagen de Alemania en el extranjero", advirtió Schröder, tras una reunión de la ejecutiva del SPD para estudiar cambios en la organización. El ministro de Obras Públicas, Franz Münterfering, fue elegido ayer nuevo secretario general del partido.
La derrota socialdemócrata en Sarre y Brandeburgo puede anticipar un nuevo retroceso electoral del SPD en otros tres comicios regionales convocados en las próximas semanas. Si se confirma esta tendencia, Schröder puede ver bloqueda su política en el Bundesrat, la Cámara alta federal en la que están representadas las regiones.
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