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MOTOCICLISMO

Crivillé busca una fecha

El piloto catalán logra su sexto triunfo de la temporada en Imola y se perfila como campeón a falta de cinco carreras

No será en Cheste el próximo día 19. Pero puede ser en Australia el 3 de octubre -si gana las dos próximas carreras- o en Suráfrica el 10 de octubre. Lo que parece seguro es que será pronto, que Àlex Crivillé (Repsol Honda) se convertirá dentro de unas semanas en el nuevo rey del Mundial de motos, en el primer español en conquistar la corona de 500. No lo dudan ni sus enemigos, y su gente empieza ya a pensar en celebraciones. Sólo él se mantiene al margen. No quiere hablar aún del título. El noi de Seva va a lo suyo. Y lo suyo, este año, es ganar un montón de carreras, como hizo otra vez ayer en Imola. La clasificación del Mundial refleja la hegemonía del piloto catalán. Se ha impuesto en seis de los once grandes premios disputados hasta el momento, elevando la cuenta de éxitos de su carrera hasta 19 (14 en 500 y 5 en 125). Y por eso le lleva ya 66 puntos al segundo clasificado, el estadounidense Kenny Roberts (Suzuki), y 68 al tercero, el japonés Tadayuki Okada (Honda), que ayer fueron sexto y cuarto respectivamente, dejándose otro buen puñado de puntos respecto a Crivillé.

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"Ha sido un fin de semana fantástico", reconoció Àlex. "Mi moto ha funcionado de maravilla y yo me he encontrado muy bien. En los entrenamientos conseguí la primera posición y en la carrera todo ha salido perfecto", agregó. "Estoy muy contento.Este resultado me sirve mucho para el campeonato. Y ahora vamos a Valencia donde espero que la afición llene el circuito para apoyarme y para disfrutar".

Efectivamente, la siguiente prueba del Mundial se disputa el 19 de septiembre en el nuevo circuito Ricardo Tormo, en Cheste. Las entradas casi se han agotado ya, gracias sobre todo a los repetidos éxitos de Crivillé. Incluso el australiano Mick Doohan, cinco veces campeón del mundo y ahora lesionado, ha anunciado su presencia en el circuito para ver la carrera, antes de competir en la siguiente prueba, en Australia. Se espera una fiesta comparable a las de Jerez y Montmeló: Àlex ya ganó los otros dos grandes premios organizados en España.

Los números del campeón

Las matemáticas impedirán el delirio en Valencia, pues el título no se decidirá en la 12ª prueba del curso. Sin embargo, todo parece decidido. El Mundial de 500 se ha convertido en un monólogo de Crivillé y en una cuenta atrás hacia el momento en que se proclame campeón del mundo. Ahora faltan cinco carreras, con 125 puntos en juego (cada vencedor se lleva 25; el segundo, 20; el tercero, 16; el cuarto, 13; el quinto, 11; el sexto, 10; el séptimo, 9, el octavo, ocho, y así hasta el 15º, que suma uno), y los pronósticos apuntan a una coronación en Australia o en Suráfrica. Así las cosas, Crivillé será campeón del mundo si gana las dos próximas carreras con independencia de lo que hagan sus adversarios.

Los rivales han renunciado ya al título. "Está muy difícil", reconoció Okada. "Àlex lo tiene todo a favor, yo ya pienso en la temporada que viene", aseguró Kenny Roberts. Los dos quedaron ayer muy retrasados respecto al actual número uno, en una carrera emocionante, porque Crivillé sólo certificó la victoria en los últimos metros, aventajando al brasileño Alex Barros (MoviStar Honda) por dos décimas de segundo.

El noi de Seva aprendió la lección de la carrera anterior, en Brno (República Checa), donde se dejó sorprender por su compañero Okada en la última vuelta. Esta vez mantuvo la iniciativa hasta cruzar la bandera a cuadros. "Me encontraba cómodo y en los cuatro o cinco últimos giros he apretado un poco, bajando los tiempos", explicó el vencedor.Antes del desenlace, Àlex se portó como un campeón. Salió bien, estuvo atento detrás de Roberts al principio, tuvo paciencia para adelantarle, y dio el tirón justo para fragmentar el nutrido grupo delantero. Hasta media carrera estuvieron delante Roberts, Crivillé, Okada, Barros, los también japoneses Norick Abe (Yamaha) y Nobuatsu Aoki (Suzuki), el italiano Max Biaggi (Yamaha) y el francés Regis Laconi (Yamaha).

Por el contrario, Carlos Checa desapareció enseguida del panorama. Su Gran Premio de Imola duró sólo tres vueltas, menos de seis minutos, el tiempo que tardó en averiarse un pistón del motor de su Yamaha y en tener que abandonar. "¡Vaya racha que llevo!", se lamentó el piloto de Sant Fruitós de Bages. "Espero que cambie pronto".

Mientras Checa se duchaba en su caseta rodante, en la pista se producía el ataque de Crivillé. Cuando el catalán se puso en cabeza y apretó el ritmo, tanto Okada como Roberts se quedaron descolgados, y sólo Barros pudo seguir su estela, y un poco más atrás Abe. Era una imagen significativa: un español en primera posición seguido de dos pilotos que trabajan en equipos españoles (Barros en el de Sito Pons y Abe en el de Luis D"Antín). A falta de dos vueltas, Abe cometió un error y se cayó, y Crivillé se dedicó a controlar a Barros para conseguir la victoria. Lo hizo mirando sólo hacia adelante, con la confianza de los campeones. Seguramente lo será muy pronto.

Más atrás, el ídolo local Max Biaggi aprovechó el fallo de Abe para subir al tercer escalón del podio, mientras que de los demás pilotos españoles de la categoría reina sólo Sete Gibernau (Honda), décimo, consiguió terminar la carrera.

Además de Checa, también abandonaron Juan Borja (Honda), que se cayó, y José Luis Cardoso y David de Gea, ambos con Honda, víctimas de sendas averías.

Triunfo de Capirossi

En 250 venció otro de los héroes de la afición italiana, el actual campeón Loris Capirossi (Honda), que dominó la carrera con autoridad. Lo suyo constituyó un acto reivindicativo delante de su público, pues en la anterior cita italiana, en Mugello, quedó descalificado por una maniobra incorrecta. Además, mantiene una agria pugna, que ha llegado incluso a los tribunales, con Aprilia por la forma en que le despidieron el año pasado. Por eso le supo tan bien poder dejar al número uno de la marca italiana, Valentino Rossi, alejado en la segunda posición y a ocho segundos de distancia.

Tercero se clasificó el francés Olivier Jacque (Yamaha), cuya última visita al cajón databa de la temporada anterior. Y por parte española Fonsi Nieto (Yamaha) acabó 18º; Lucas Oliver (Yamaha), 20º, y David García abandonó.

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