Minorías también

En relación con la carta de don Carlos Ortega Molino que he leído en esta sección el 28 de agosto, deseo manifestar lo siguiente: Independientemente de la opinión o sensación que a cada uno le provoque la gestión del actual alcalde de Madrid, lo que no se debe justificar es, si pretendemos vivir en una sociedad civilizada, y a poder ser justa y democrática, que las mayorías pisen a las minorías y ni tan siquiera permitirlas que manifiesten sus opiniones sobre cualquier asunto y especialmente sobre la gestión de los alcaldes.

Es grave que el señor Ortega confunda la mayoría absoluta de los electores con derecho a voto, o con los requisitos necesarios para votar, y que pudieron y quisieron acudir a votar en las últimas elecciones municipales en Madrid, con la mayoría del pueblo de Madrid. Cualquiera sabe que en las últimas elecciones la mayoría del pueblo de Madrid no votó al señor Álvarez del Manzano, si tenemos en cuenta que también son pueblo de Madrid los menores de edad, las personas que no están en el censo, los que ese día estaban, por ejemplo, de viaje, los que se abstuvieron voluntariamente de votar e incluso los que votaron a otras opciones políticas distintas al PP, y otro montón de personas que, por unos u otros motivos, no votaron expresamente al señor alcalde.

Por suerte, en España hace ya bastantes años que no se celebra ningún referéndum en el que se apruebe nada con el 98% de los sufragios y en el que voten hasta les estatuas.

Para finalizar, me adhiero a la minoría que manifiesta que la gestión del actual alcalde de Madrid y su equipo de gobierno es retrógrada, paleta y equivocada; además, añado yo, de hortera, mediocre, nefasta, empobrecedora, gris, poco clara, ineficaz e inútil, y que únicamente se mantiene porque los rivales que tiene en la oposición son todavía más inútiles que él. Cualquier partido y candidato que quisieran hacer algo bueno por Madrid y tuvieran las cosas medianamente claras lo tendrían "chupado" con el señor Álvarez del Manzano.