Manifestación en Alcalá de Guadaira por el joven que murió en una reyerta Medio centenar de vecinos reclama justicia

Alrededor de 500 vecinos del barrio de Rabesa en Alcalá de Guadaira (Sevilla) se manifestaron en silencio ayer por las calles del pueblo bajo el lema No a la violencia. La protesta, en la que participó el alcalde, Antonio Gutiérrez, se convirtió en un acto de recuerdo por la muerte, en una reyerta entre familias, del joven Alonso Vilches, el pasado 28 de agosto. Entre el dolor de familiares y amigos de Vilches, el delegado de Seguridad Ciudadana, Francisco Pérez Moreno, calificó el suicidio de uno de los presuntos asesinos de "justicia divina".

Marcados por el dolor los vecinos de la barriada marginal de Rabesa volvieron a lanzarse ayer, esta vez en silencio, a las calles de Alcalá de Guadaira (Sevilla) en contra de la violencia y para pedir justicia tras el asesinato a puñaladas de Alonso Vilches, de 19 años, en una pelea, donde también resultaron heridos su padre y su hermano, entre las familias Vilches y Giles, que vivían en el mismo bloque de pisos. A diferencia de la primera manifestación en la que un grupo de vecinos increparon continuamente a la policía local y se invadió el patio del Ayuntamiento alcalareño, la marcha de ayer se desarrollo con total normalidad y sin incidentes. El alcalde, Antonio Gutiérrez, encabezaba la protesta junto a familiares y amigos del fallecido, portando una pancarta con el lema Alcalá contra la violencia. El momento más emotivo fue al término de la manifestación, en la Plaza del Duque junto al Ayuntamiento. Un vecino de Rabesa, Manuel Souza, leyó entre lágrimas un comunicado en el que expresaba "el inmenso dolor de todo Alcalá por un asesinato que nunca podremos entender". Además, añadió que tenían la "obligación de pedir justicia" y que ésta "recaiga con todo el peso de la ley sobre los culpables". Souza pidió la colaboración del Ayuntamiento para que "los culpables no vuelvan a vivir más con nosotros" y solicitó el cambio de nombre de la calle, Pintor Valdés Leal, donde vivía la víctima por el de Alonso Vilches. La madre del fallecido, incapaz de articular palabra, no pudo reprimir el llanto. El alcalde alcalareño sólo dijo que participó en la manifestación como acto de solidaridad con los familiares de Vilches y que no iba a hacer declaraciones, aunque negó las acusaciones de negligencia contra la policía local que algunos vecinos habían vertido unos días antes. Durante toda la manifestación el tema de conversación fue el suicidio -según la versión oficial de la Policía Nacional- de uno de los presuntos asesinos, Juan Giles, de 31 años, el pasado miércoles. Según la policía, Juan Giles se tiró por la ventana del cuarto piso de la vivienda de unos familiares donde estaba escondido en Torremolinos (Málaga). El delegado de Seguridad Ciudadana, Francisco Pérez Moreno, comentó que "no hubo ningún tipo de reacción en Rabesa tras el conocimiento de la muerte" de uno los principales sospechosos del crimen. Respecto a este hecho, el concejal agregó que "la justicia divina se ha adelantado a la justicia terrenal". Pérez Montero calificó el asesinato de Vilches como un "acto puntual" y sacó a colación el Plan Policía 2000, por "el que se ha bajado notablemente los índices de delincuencia en este pueblo". También dio a conocer un escrito donde estaban recogidos los compromisos adoptados por el Ayuntamiento y la Policía Nacional con la comisión de vecinos de Rabesa. Entre los puntos acordados para mejorar esta barriada están el mantenimiento de un dispositivo policial, un plan especial para la lucha contra el pequeño tráfico de drogas, una campaña de limpieza, el tapiado de los edificios abandonados, la complementación del mobiliario urbano y la petición a la Junta de la regularización de aquellas viviendas que no ocupan sus legítimos adjudicatarios.