300 inmigrantes arrasan su albergue en Melilla tras enfrentarse a los guardas
Más de 300 inmigrantes, en su mayoría argelinos, provocaron en la madrugada de ayer disturbios en la llamada Granja Agrícola de Melilla, un recinto en el que son alojados en espera de su traslado a la Península o la expulsión a sus países de origen. Los incidentes, en los que los inmigrantes incendiaron en primer lugar la caseta del vigilante y algunos enseres, se reprodujeron esta misma madrugada, cuando algunos de los residentes en la granja volvieron a prender fuego en la zona de los domitorios. Las fuerzas de seguridad optaron finalmente por desalojar a los 400 acogidos en el centro, que ha quedado destrozado.
Los inmigrantes tuvieron que recoger los colchones, mantas y sus enseres para evitar que ardieran por el incendio que habían provocado minutos antes algunos de los acogidos en este centro, en protesta por las repatriaciones y porque no son trasladados a la Península. La nave de los dormitorios, un antiguo invernadero, quedó totalmente calcinada, aunque no hubo que lamentar daños personales porque los bomberos pudieron extinguir el incendio.Según el Imserso, organismo del que depende el centro, los incidentes comenzaron el miércoles a la hora del reparto de la cena, como consecuencia del alboroto de un argelino. Los inmigrantes, en cambio, atribuyen el origen de la trifulca a la agresión de un guardia de seguridad privada a uno de ellos "sin motivo aparente" durante el reparto de comida a mediodía.
A medianoche unos 300 de los internos se amotinaron y empezaron a lanzar piedras contra los vigilantes de la compañía Prosesa, encargada de la seguridad del recinto, ubicado en una antigua granja. Luego se dirigieron a la caseta metálica del guarda jurado que custodia la entrada al centro y comenzaron a derribarla. Mientras el empleado de seguridad salía corriendo, los inmigrantes destrozaron el habitáculo y le prendieron fuego. Luego quemaron también un árbol junto al que apilaron mesas y otros objetos, según informa la agencia Efe.
En vista del cariz que tomaba la situación, unas 50 personas de las que habitan en este centro (algunas de ellas con niños) huyeron de la granja.
Los amotinados, que acusan a los guardas de malos tratos, arremetieron contra los enseres, muebles, luces, farolas y conducciones eléctricas de la granja, dejando el lugar en absoluta oscuridad.
Los primeros que entraron en el lugar tras los incidentes fueron los bomberos, llamados para sofocar los dos fuegos que habían provocado los inmigrantes y que, avivados por el viento, amenazaban con propagar las llamas y alcanzar otras zonas del recinto. Luego llegaron policías locales y nacionales, que tardaron más de cuatro horas en controlar la situación, pese a que se trasladó al lugar un centenar de efectivos con material antidisturbios.
"Éste ha sido el disturbio mayor que hemos visto nosotros en los últimos años. Hemos pasado un susto increíble porque veíamos cómo el incendio cada vez era mayor y cómo los policías se encontraban incapaces para entrar debido a la oscuridad y a la avalancha de piedras, palos, etcétera, que recibían de los argelinos que estaban dentro", explicaba un vecino.
Los agentes respondieron con pelotas de goma a los botellazos con que les recibieron los inmigrantes. Ayer permanecieron efectivos de ambos cuerpos en el centro. Según Europa Press, dos inmigrantes fueron detenidos por estos incidentes.
En Melilla existen dos centros de acogida, el antiguo de la Granja Agrícola y el nuevo Centro de Acogida Temporal, inaugurado recientemente, pero que se encuentra ya lleno, habitado por unos 100 argelinos, 40 centroafricanos y 43 personas de otras nacionalidades. Los inmigrantes de la Granja Agrícola, que no reúne las condiciones necesarias de habitabilidad y en el que algunos de los inmigrantes tienen que dormir a la intemperie, solicitaron ayer su traslado al nuevo centro y pidieron ser recibidos por el delegado del Gobierno.
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