Baja actividad

La actividad de los inversores está definida por el nerviosismo, a la hora de comprar o de vender, lo que parece ser sinónimo de cambio de tendencia. El problema es que los mercados han estado funcionando durante la mayor parte del año sin definir una tendencia que ahora se pueda romper o variar, limitanto su actividad a pequeños paréntesis, positivos o negativos, entre datos económicos.Los analistas también están divididos entre los que piensan que ya poco se puede hacer este año y aquellos que insisten en que una ganancia global del 10% aún es posible.

En esta jornada se impuso el empuje de Wall Street después de una apertura al alza en Europa. En ambos casos se trataba de una reacción a las turbulencias de las últimas sesiones, en ocasiones motivada por los resultados empresariales que ya han comenzado a publicarse. [El mercado neoyorquino cerró con una ganancia de 108,60 puntos (1%), en 10.937,80].

En el mercado español hubo un constante goteo de resultados semestrales que sirvió para confirmar el proceso selectivo que se esconde detrás de unos índices demasiado estables. Las empresas que ganan dinero siguen recibiendo un buen trato por parte del mercado, a veces exagerado, pero siempre justificado por los beneficios.

La contratación en el mercado continuo fue de 96.836 millones de pesetas (581,99 millones de euros), de los que más de una cuarta parte se concentraba en Telefónica, uno de los grupos que presentaron resultados.

La subasta de activos públicos confirmó que los tipos de interés continúan presionando al alza, lo que obligó al Tesoro a elevar la rentabilidad de todos los productos subastados, letras a 12 y 18 meses, bonos a cinco años y obligaciones a 15, pero la Bolsa continúa ofreciendo mejores opciones a plazos más cortos, con lo que el mercado no tomó en cuenta estos resultados.

El índice general de Madrid ganó un 0,85%, 7,50 puntos, que sitúan al conjunto del mercado en una zona aparentemente neutra.