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El Sevilla no podrá jugar en el estadio olímpico porque aún está sin homologar

El Sevilla se va a encontrar con serias dificultades si quiere jugar en el estadio olímpico de La Cartuja el partido de sanción impuesto por la federación. La Comisión contra la Violencia en el Deporte se opone a que se dispute el encuentro en ese campo por estimar que incumple los requisitos exigidos por el decreto sobre la seguridad de los estadios. El estadio olímpico se inauguró en mayo con un partido ante Croacia y en él se jugó un mes después la última final de la Copa del Rey. Entonces sí hubo permiso, pero fue por "compromisos políticos", según fuentes de la Comisión.

El Comité de Competición de la Federación castigó el martes al Sevilla con la clausura del Sánchez Pizjuán por un partido debido al botellazo que recibió un juez de línea en el choque que el equipo local disputó el pasado 29 con la Real Sociedad. Los dirigentes del club de la capital andaluza sugirieron entonces que podían cumplir la sanción jugando en el estadio de La Cartuja, lo que supondría jugar prácticamente en casa. El Sevilla estima que el estadio cumple la norma de la federación para estos casos al estar en un municipio distinto, no en Sevilla, sino en Santiponce.La Comisión Nacional contra la Violencia en el Deporte, en su reunión, planteó este asunto, y entre sus integrantes imperó el criterio de que en el estadio de La Cartuja no se pueden disputar partidos oficiales de fútbol porque no cumple los requisitos exigidos en el decreto del Gobierno sobre la seguridad en los estadios. Representantes de esta comisión señalaron que el estadio no cuenta con el número suficientes de cámaras de televisión a través de las que se controlan las incidencias del estadio y sus espectadores y que, además, las existentes no están homologadas por las autoridades deportivas y policiales encargadas de este asunto.

"La Cartuja apenas supera la mitad de las cámaras de televisión con que cuentan la mayoría de campos de Primera División", indicaron fuentes de dicha comisión. Estas fuentes insistieron, además, en que en algunos casos las cámaras están instaladas en lugares inadecuados y propician zonas ocultas. Su sistema informático, por otro lado, tampoco está coordinado con el del resto de los campos de Primera y Segunda División.

Estas mismas fuentes añadieron que La Cartuja tampoco dispone del servicio de megafonía exigido en caso de que sea necesario desalojar el recinto con urgencia. Todas estas deficiencias, a juicio de la comisión, deben ser subsanadas si el estadio de La Cartuja quiere acoger algún partido de fútbol. Rafael Carrión, presidente del Sevilla, ha asegurado que mantiene conversaciones con la Sociedad Estadio Olímpico para utilizar dicho recinto en algunos partidos en los que se garantice el lleno de su aforo, cuya capacidad es superior a la del campo sevillista, el Sánchez Pizjuán.

Representantes de la Comisión Nacional contra la Violencia coincidieron en que técnicos del Consejo Superior de Deportes y de la Liga Profesional, con la colaboración de especialistas policiales, deben supervisar las instalaciones de La Cartuja antes de que en el estadio se dispute un partido oficial de fútbol, "salvo que el Gobierno, que dictó sus normas, autorice jugar en este recinto", indicaron fuentes de la comisión.

Estas mismas fuentes adujeron "compromisos políticos y punto" para explicar que el estadio de La Cartuja se inaugurara en mayo pasado con un partido de fútbol, el que jugaron España y Croacia. Un mes después el estadio olímpico sevillano fue escenario de otro partido, el de la final de la Copa del Rey entre el Valencia y el Atlético de Madrid.

Sanción fantasma a la Real

La Comisión Antiviolencia, por otra parte, según el comunicado oficial de su reunión de ayer que facilitó, acordó aplazar la posible sanción a la Real Sociedad por la pancarta que se exhibió el sábado pasado en su campo en su partido frente al Atlético de Madrid. En dicha pancarta se calificaba de "asesino" a Jesús Gil y al club que preside por el asesinato del aficionado donostiarra Aitor Zabaleta el pasado año en los alrededores del estadio del equipo madrileño. El aplazamiento fue justificado ante la necesidad de "analizar con mayor profundidad las circunstancias que han concurrido en el partido".

Este comunicado sorprendió a más de un integrante de la comisión, quienes, al final de la reunión, reconocieron que se había aprobado proponer una sanción de cinco millones de pesetas al club donostiarra. Esos miembros no se explican el cambio posterior de opinión y están a la espera de lo que suceda en la reunión especial de hoy para volver a estudiar el caso.

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