El Estudiantes vence al Madrid y anuncia buenos tiempos
Gratas noticias se dieron ayer en Torrejón. Para Estudiantes, sobre todo, que ganó. Pero también para el Madrid, que al menos demostró que esta vez sí tiene gente de peso en su banquillo. Si los nuevos aires que se anuncian en el baloncesto español tienen algo que ver con lo ocurrido ayer en el derby madrileño, enhorabuena. Hubo lleno absoluto en los márgenes de una cancha donde se vivieron momentos magníficos, en la mayoría de los cuales tuvieron un protagonismo estelar los jugadores españoles, con Alfonso Reyes a la cabeza. Y tras él, su hermano Felipe, todo un campeón del mundo juvenil, que se propuso hacer olvidar durante un rato al ya emigrado De Miguel. Y lo logró.El partido fue impropio de la pretemporada. Parecía estar en juego mucho más que el hecho de ganar un trofeo a costa del vecino. Fue un duelo sencillamente agotador, en el que las carencias físicas sólo se atisbaron en la cantidad de balones perdidos, 13 de Estudiantes por 17 del Madrid. Sobre la cancha todos se dejaron la vida a la hora de defender. Cada ataque resultó frenético, como si la competición empezara y acabara ayer.
REAL MADRID 69 ESTUDIANTES 77
Real Madrid: Jennings (6), Alberto Angulo (8), Herreros (10), Larsen (9) y Brent Scott (17) -cinco inicial-; Gnad (2), Lucio Angulo (6), Iker Iturbe (3) y Galilea (8). Estudiantes: Gonzalo Martínez (7), Jiménez (19), Aisa (6), Alfonso Reyes (19) y Vandiver (14) -cinco inicial-; Felipe Reyes (4), Azofra (0), Toolson (6) y Pedro Robles (2). Árbitro: Mateo Ramos, Carlos Sánchez y María Pilar Landeira. 4.000 espectadores en el Parque Corredor de Torrejón. Estudiantes se proclamó vencedor de la XVI Edición del Trofeo de la Comunidad de Madrid, por delante del Real Madrid y el Fuenlabrada.
Estudiantes mostró más acierto en los minutos definitivos y ahí cazó la victoria. Durante la primera parte jamás se rompió la igualdad. La máxima diferencia no pasó de un 33-27 a favor del Madrid. Pero apareció en escena Felipe Reyes para, en cuestión de unos minutos, conseguir cuatro puntos, atrapar cuatro rebotes en ataque y colocar un tapón. El Madrid echaba de menos los puntos de Herreros -tres en la primera mitad- y vio cómo llegaba el descanso con su ventaja a un paso de caer derribada (42-41). La reanudación mostró al mejor Estudiantes. Sobre todo en defensa, donde lió a los pívots madridistas. Que el conjunto blanco sólo cazara tres rebotes ofensivos lo dice todo. No salían los blancos de la presión y tanto Gonzalo Martínez como Azofra hacían inútiles las correrías de Jennings y Galilea.
Y dado que el Madrid se mostraba negado en el lanzamiento exterior, y así lo dicta el que no consiguiera un solo triple, la batalla quedó reducida a lo que ocurriera bajo los aros. Allí se fajaron Scott y Larsen, pues Struelenes no jugó al estar lesionado, pero su esfuerzo, y el de Lucio Angulo, no encontró recompensa. La culpa la tuvo Alfonso Reyes que, quizá celoso por la demostración anterior de su hermano Felipe, decidió convertirse en el máximo anotador del encuentro, junto a Jiménez,amén del mejor jugador del torneo, como anunciando que la familia estudiantil se dispone a vivir buenos tiempos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.