El tráfico de EPO llega a la bicicleta de montaña
Que exista una corriente de prudencia en el pelotón profesional, aparentemente menos dispuesto a consumir alegremente sustancias como la eritropoyetina (EPO) desde la convulsión del caso Festina, no significa que las categorías menores del ciclismo hayan abrazado la legalidad. Se denuncia y se comprueba que la EPO circula en la categoría amateur del ciclismo, también en el mountain bike. El francés Fabrice Julien, asalariado del equipo vasco Orbea-Zúrich de bicicleta de montaña, es el último pagano de la tentación.Cazado por la policía en la frontera franco suiza con dos cajas de EPO bajo uno de los asientos de su coche, Julien confesó su culpa con una sinceridad desoladora: "La tentación es muy grande. Si tu hematocrito no supera el 50%, no das positivo. Así lo estipula el reglamento, por eso decidí probar la EPO". El caso de Julien, que llegó a correr como profesional de la ruta en el Festina antes de reconvertirse, es una "juvenilada", en boca de su director deportivo, Isio Barandiarán, que ayer mismo comunicó al corredor su despido fulminante. "Vino a verme después de declarar ante el juez y me dio pena -explica Barandiarán-. Es un buen corredor y competía limpiamente, pero me confesó que temía por su renovación y decidió ayudarse con EPO. Ahora está en el paro, a sus 34 años, y le han quitado el coche". Julien tuvo que someterse tras su arresto a una serie de controles para determinar si había consumido EPO, pero las pruebas arrojaron resultados negativos. El francés explicó que pensaba administrarse una de las dosis de la sustancia prohibida (aumenta el volumen de oxígeno en la sangre, que facilita el trabajo muscular) halladas en su coche, mientras que la segunda estaba destinada a un corredor de su país del que se desconoce la identidad (aunque se sabe que compite en carretera) y que el lunes se presentó voluntariamente en comisaria para corroborar la versión de Julien.
El Orbea-Zúrich, formado por cuatro ciclistas españoles, cinco franceses y dos belgas, ha cosechado numerosos éxitos esta temporada, entre ellos el bronce de Roberto Lezaun en el Campeonato de Europa. A principios de temporada, Barandiarán anunció a su plantilla que cualquier recurso al dopaje supondría la expulsión automática del equipo. Consciente del creciente recurso al dopaje en la especialidad, el director del Orbea se encargó personalmente de supervisar toda la medicación de sus corredores. Pero en estos casos, la trampa siempre corre con ventaja.
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