Concentración

La concentración empresarial parece un hecho irremediable en esta fase de cierre del milenio, y los inversores le hacen frente intentando sacar algún provecho antes de que los mercados de valores queden reducidos a una docena de grandísimas sociedades.Carrefour y Promodés, Pryca y Continente por estos lares, también han apostado por ser la mayor empresa de distribución de Europa y, aunque nada se ha dicho de lo que pueda suceder con las filiales españolas, el mercado ha apostado por ellas, y sus cotizaciones han subido más de un 12% en una sesión que no contó con más alicientes.

La contratación en el mercado continuo fue la más baja del ejercicio, con 63.010 millones de pesetas efectivas (378,70 millones de euros), pero esto fue porque la principal vía de acceso del dinero extranjero hacia el mercado español, Londres, estaba cerrada por ser festivo.

La sesión fue poco atractiva desde un principio, a pesar de que en las jornadas anteriores algunas compras selectivas permitían pensar en un ambiente más caldeado. Una vez más hay que culpar a la Bolsa de Nueva York del ritmo que adquirió la sesión, ya que los dos recortes sucesivos de la semana anterior indican que la subida de los tipos de interés estaba asumida, pero que nadie había contado con la nueva llamada de atención de Alan Greenspan sobre la "burbuja financiera" y la dificultad de anticipar su estallido. Al cierre, Wall Street retrocedió 176 puntos (1,59%) para quedar en 10.914,10.

El mercado de deuda marcó la pauta a las bolsas con una serie de ventas que hicieron subir la rentabilidad a 10años hasta el 5,15%, desde el 5,07% del pasado viernes.

La confusión marcó ayer a todas las bolsas, con una corriente general a la baja por el temor a que explote la burbuja, y otra que apuesta por la posibilidad de sacar partido de las decisiones puntuales de algunas empresas. La fuerza del proceso de concentración es tan grande que los inversores esperan nuevos candidatos en los próximos días.