El PNV reconoce que sectores del partido se resisten a colaborar con Herri Batasuna

La acusación etarra de que "algunos" miembros del PNV están frenando el proceso de paz ha puesto de relieve la existencia de discrepancias internas en el seno del principal partido vasco. La dirección peneuvista reconoce que existen tales diferencias. El alcance real del Pacto de Lizarra y, más concretamente, el nivel de colaboración con Herri Batasuna a la hora de repartirse el poder en las instituciones es la clave de la divergencia. Pese a todo, el Gobierno pide al PNV que no se deje arrastrar por las presiones de ETA.

En el comunicado del sábado, ETA recordó su mensaje de que son los partidos nacionalistas vascos los que deben liderar un proceso de paz encaminado a la "reconstrucción nacional de Euskal Herria". Pero el texto introduce una novedad: "Algunos del PNV que deberían estar guiando el proceso han querido dejar a un lado la construcción de Euskal Herria y dirigir un proceso de paz sin contenido. Esos supuestos abertzales se han escudado en el inmovilismo de España y Francia". El propio Xabier Arzalluz reconoció el viernes en Zarautz que destacados miembros de su partido se resisten a colaborar con HB en ese proyecto. "Somos nacionalistas", dijo, "pero también es verdad que estamos bastante establecidos, con bastantes michelines. Tenemos que ir al gimnasio y hay gente entre nosotros que no quiere entrar en esa dinámica". Arzalluz no citó a nadie, pero han sido miembros del PNV los que no han querido compartir con HB el poder de las diputaciones de Álava y Guipúzcoa, mientras alcaldes peneuvistas de importantes localidades no desean participar en la Asamblea de Municipios prevista por el Pacto de Lizarra. El Gobierno animó ayer al PNV a que no ceda a las presiones de ETA y "haga una apuesta inequívoca por la democracia, la paz y el respeto a las reglas de juego".